sábado, 17 de abril de 2021

POR EL ESTRECHO DE PERETE. VILLAMANRIQUE.

 


"Ayer pasó el pasado lentamente con su vacilación definitiva"

Benedetti.




Es ese pasado que a veces se nos desvela como una ráfaga de viento que se cruza en nuestro camino.



Y es que regresar para hacer trayectos reverenciados nos retrotrae a ese pasado nuevamente, es el círculo que nunca se quiebra, es la vida y la muerte, o ¿acaso no renaceremos?.
Me gusta pensar que somos como las orquídeas en primavera...



Yo soñé que la vida, como pájaro enjaulado, trataba de abrirse paso entre los barrancos que acogen ríos y arroyos, regatos, apenas bocetos e incluso charcos.
De los baños que aquí existieron permanece, indeleble, el recuerdo de sus aguas ferruginosas y la memoria de los que aún poseen memoria.
Y los que prestamos oído a las enseñanzas, a los coloquios o simplemente esas palabras que ruedan si marcharse de los lugares que antaño conocieron vida, me refiero a ese trajín de personas que a veces, si paseas solo te da la sensación que permanece, porque nada desaparece para siempre.



Y soñé que Perete volvía a estar concurrido.



Que la primavera lo alimentaba de su savia y florecía, y así el milagro se obraba y los edificios, hoy en ruinas, iban recreciendose en ellos mismos, cada noche un poquito, una paleta de colores y yesos los enjalbegaban.



Y como soñar aún era gratis, vi que los olmos, hoy esquejes de esquejes, seguían su imparable curso ascendente y daban sombra y perfilaban los caminos como lapiceros que en las manos correctas, obran dibujos admirables.




Y me fui derecha a ti, como si recordara en mis recuerdos, que no son los míos, si no de las gentes que me hablaban de ti, y repito, fui derecha al lugar donde te ocultas.



Y empecé a limpiarte con el ánimo de poder ver de tu boca alguna lágrima oxidada, pero eso no ocurrió.



Y seguí mi camino a la búsqueda, porque siempre es y será así, en busca de algo que no sabemos definir pero que nos espera, en algún lugar remoto o cercano, porque la sorpresa anida donde menos te la esperas.




Las zarzas y la desmemoria interrumpían el paso, allí en el fondo quieta, sin agua que corra, vi la piscina de los baños. 
Decidí no pasar, dejar silente lo que ahora y siempre dormirá en la tristeza de lo ruinoso.



Aquí en el subsuelo siempre habrá agua, la misma que hierve bajo las raíces de estas imponentes encinas.
Parecen dedos que sujeten la invisible carpa de un balneario extinto.



Sigo el sendero hacia el cortijo.



La lluvia intermitente de estos días se tiñe del color del metal.



Frente a mí un bosque de robles, encinas, marañas, escaramujos, espinos. Huele a retama mojada, a romero, a tomillo en flor, a mejorana.
La salvia silvestre pone tintes violetas al prado de un verde intenso.
La genciana puntea señalando su amarillo intenso, desviando la mirada hacia su filigrana dorada.



Una casa vacía como la del poeta.



"Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias..."
Miguel Hernández.



Como sé que aquí he estado muchas veces, nunca demasiadas, abro un sendero distinto, tras los muros que alguien construyó con sus propias manos.



Y una que siente predilección por los robles...



Se queda muda del asombro.



Y de asombro en asombro, como de piedra en piedra, se dispone a partir por la piedra quebrada por los siglos.



No sin antes volver la mirada al árbol que admira.



Y desde aquí hasta el final del recorrido, verá cómo enmudecen las palabras como si se rompieran como los distintos fragmentos de roca que bailan en equilibrio por el estrecho.






Pero habrá momentos dulces para inhalar el aroma del espino.



Y tristes de ver que el agua no corre por su curso.









A veces charcos...


















Momentos que se aprietan a la garganta, cuajados de cristales hirientes, como de sentirse pequeña en un mundo de gigantes.



Momentos tristes que recuerdan otros tantos, porque todo lo maravilloso se desmorona, los ideales, los sueños...









"A veces pienso que haré cuando todo mi vida sea domingo"
Benedetti.



No quiero que acabes y sin embargo tienes un final.



Este camino nos devolvería a Villamanrique...



Pero como soy de naturaleza curiosa y mi reloj siempre está varado, desciendo un poco, estoy en la ruta del Quijote y además esta señalización, en blanco y amarillo, viene a decirme que es un sendero de pequeño recorrido, por lo tanto si siguiera adelante llegaría al bellísimo castillo de Montizón.



Me adentro en la espesura que hay a mi izquierda donde en la gama de verdes despuntan más robles.



Pero me doy la vuelta, esta debe ser una excursión corta, para otro día dejaré los límites no explorados.



Asciendo por un campo de olivas para acceder a la parte superior del estrecho, para obtener otras vistas.



Y aquí de nuevo regresa ese nudo a la garganta llamado vértigo, que sigue siendo más admiración que un ligero miedo, porque siempre acabo sentándome en los confines de las rocas.
























¿Cuántas de vosotras sois en realidad vidas perdidas transformadas en vistosas flores siempre mirando el horizonte?
Quizás todas.



Vuelvo a Perete.



A sus gigantes encinas, a su regato que ya no corre, a su silencio de gentes que ya no hablan.



Y me acerco por si algún hilo de corriente mana aún de tu cauce, Perete.



Y voy alejándome como si esta forma de actuar conllevara un acercamiento a lo que ya no queda.
Pero a veces se obra el milagro en forma de recuerdos.
Os dejo aquí el testimonio de Paca Jiménez:
"Es en ese cerro donde ibamos cada mañana bien temprano, a las 7, subíamos al cerro porque mi padre decía que teníamos que tomar el aire allí y luego por la tarde subíamos a merendar un trocito de pan y una onza de chocolate que no lo catábamos nada más que entonces. En todo lo alto hay un risco con forma de sofá y yo madrugaba mucho porque no quería que me quitasen el sitio. Subíamos todos los niños, cuánto disfrutábamos.
En el cortijillo había unos chaparros y unos riscos sueltos y era allí donde una mujer todos los días nos decía misa, perfecta, como si fuera un cura, la comunión no nos la daba. Por la tarde rezaban el rosario y como yo era tan licenciada me iba con los mayores, yo sola entre todos los niños, a rezar.
Nosostros íbamos a Perete desde el 15 de agosto, día de la Virgen, hasta el último día. Todos los pueblos de alrededor preguntaban por el parador, ¿cuándo va Bernardino? y allí íbamos todos porque nos lo pasábamos muy bien. A mediodía tocaba mi padre un cencerro, ¡qué es mediodía! y todo el mundo a comer. Por las noches, a cenar al patio y después decía mi padre: "Ahora a rezar el rosario". Todos los matrimonios también. Fue allí donde aprendí todas las oraciones que sé. Aquello era armonía, como si fuéramos familia, hicimos confianza con muchas personas y fuimos como hermanos, hasta la muerte. Una experiencia sensacional, sana y buena"




Y desde las peñas que se elevan por encima del cielo que te embellece, creo oir el sonido de voces que van abriéndose paso entre el silencio de lo que fue tu balneario.



Me cuesta entender que no seamos como las orquídeas, es decir, que nuestra vida y nuestra muerte sean perecederas. Que en primavera, esa línea que delimita nuestro curso, nos haga florecer iguales o quizás con otra tonalidad, pero al fin y al cabo en el mismo lugar, visibles o invisibles, pero con un hálito que embarga la más triste de las penas. ¿Hacia dónde caminaremos cuando ya nadie nos recuerde?


Abril 2021.


A mi compañera Paqui Cano, en gratitud por su ayuda constante en el trabajo, para que muestre a sus hijos lo que esconde Villamanrique.


Os dejo un enlace de lo que hace ya tiempo escribí sobre estos famosos baños:

Por los Baños de Perete


Para acceder al balneario cogeremos la carretera CM-3129 que une Villamanrique con Montizón y Venta de los Santos (Jaén), entre los km 49-50, a la derecha veréis un ensanche, ahi podéis aparcar sin problemas.




12 comentarios:

  1. Tus palabras han querido ser sueño y me han hecho imaginar otros tiempos, con otra gente que ahora impregna las flores y juega con el viento por los caminos.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué suerte tienes de haber crecido en estos confines tan cercanos! Un abrazo.

      Eliminar
  2. Bueno Rosa hoy el comentario te lo voy a hacer desde una bonita canción que tenemos en el coro que para mí dice mucho y me encanta.
    Que te puedo dar que no me hayas dado tu, que te puedo decir que no me hayas dicho tú.
    Qué puedo hacer por ti, si yo no puedo hacer nada, si yo no puedo hacer nada si no es por ti señor.
    Todo lo que se, todo lo que sois todo lo que tengo es tuyo.
    Ahí quería yo llegar nos haces con tus entradas estos ratitos de lectura tan amena y bonita qué me has dejado sin palabras es una pena que estás joyas tan cerca como las tenemos las hayan dejado en ruinas como una de ella nuestro baños de perete, en alguna ocasión yo me bañé allí y bebía agua de ese caño hoy en ruinas,no llora como tú bien dices con ese sabor a hierro que con tanta fe no la veíamos por qué decían el agua de hierro era muy buena, por eso hay un dicho que dice que Dios da al que no lo necesita ahí lo dejo un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Rosa me han traído muchos recuerdos esta entrada deperete,como lo eslicas todo me he quedado alucinada como tengo lo del Campo de Montiel,en cuando en cuando me meto y veo lo que escribís ya me he dado cuenta que has detallado hasta los caminos por suerte Perete lo conozco bien por la edad que tengo me ha traído muchos recuerdos pero explicado por ti todavía más muchas gracias y enhorabuena por esta entrada de nuestro querido pueblo un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que tengo más cercano y sus parajes son bellísimos, un abrazo.

      Eliminar
  4. Me gustaría seguir con lo que tú haces y gracias a ti estoy conociendo y aprendiendo en estos bonitos lugares. De Juan José. MUCHAS Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya estás en el buen camino. Cuando yo tenía tu edad (para quien no lo sepa, Juan José tiene tan solo 7 años) sentía las mismas inquietudes que tu tienes. Así que debemos seguir caminando y buscando respuestas. (Y también marcas de cantero, no olvido las que ayer encontraste).
      Soy yo quien tiene que darte las gracias por lo que aportas, muchísimo. Un abrazo muy grande.

      Eliminar
  5. Qué bonito Rosa qué alegría de tener un niño en el blog me encanta, mi enhorabuena para Juan José y bienvenido al grupo tienes que ser un encanto de niño.

    ResponderEliminar
  6. Rosa me ha gustado mucho me hubiera alegrado que en su tiempo sobre los años 70 lo hubieras visto cómo estaba todo perete de limpio, ahí iba la gente de los pueblos de alrededor,todo tu comentario incluidas las fotos son preciosas todo eso me lo sé de memoria he pasado muchas veces por ese camino enhorabuena.Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Juan, cada uno vais sumando vuestros recuerdos a los de otros, es maravilloso, un abrazo.

      Eliminar