sábado, 12 de diciembre de 2020

EN RUTA HACIA EL OLVIDADO PUENTE DE VANDELVIRA. ALBALADEJO

 


Hoy nos vamos de ruta con el objetivo de encontrar un puente que hace de término entre dos provincias, mejor dicho, es el río que lo acompaña, que lame sus sillares, el que las separa. Nos hallamos ante un puente con un extraordinario efecto de incantación, el protagonista del texto que viene a continuación tiene la particularidad de llevar el "sello" del gran Andrés de Vandelvira. 

Llegar hasta él fue andanza, agradable, de dos días entre la aventura y la búsqueda de saber. A mí se me encoge el corazón cuando la empresa merece mucho más que un camino, quizás parezca exagerada, pero me entenderíais si en lugar de mi asombro el vuestro ocupara mi puesto.

Pero detengámonos primero en el río, pues sin él no habría puente.

¿Dónde nace el Guadalmena? En el paraje de los Batanes de Alcaraz. Irá recogiendo las aguas de diversos afluentes y más adelante, a donde iremos hoy, hará de línea divisoria entre Ciudad Real y Jaén. Por tanto es esta una ruta que iniciaremos en Albaladejo, en su ermita de San Cristóbal, y concluirá en mi provincia.

¿El lugar? Nuesto/a puente se halla en el Cuarto de la Puente.

A continuación el camino, difícil de seguir, solo fue posible gracias, aunque en realidad sea una desgracia, a que el río estaba muy afectado por la sequía.

Así que "Hic et nunc" (aquí y ahora) la senda está abierta.


Será un trayecto inusual porque caminar por el lecho de un río tiene más de atropello que de encanto.


Si alguna vez habéis caminado por un cauce seco podréis entender lo frágil, lo penoso que trasciende este bajo nuestros pies, esa inestabilidad es impropia de los ríos y de nuestro andar.


No fue fácil pero cuando alcanzamos a ver los exiguos restos de tu escaso caudal dudábamos de si un río puede perder tan drásticamente su cualidad. Pero detengámonos en tu historia.

Busco datos sobre ti, Guadalmena, sigo en ello, y me voy a las Relaciones Topográficas de Felipe II, concretamente a las respuestas de Montiel:

"22. En cuanto a los veinte y dos capítulos dijeron que en el dicho río de Guadalmena hay los molinos siguientes: encima de la puente el Albarda que dicen hay un molino de dos piedras que es de Francisco de Segura, vecino de la villa del Almedina, y bajo del dicho molino, hacia do corre el agua del dicho río, hay un puente que llaman la puente Nueva de Guadalmena, que es servidumbre de este Campo de Montiel y valle de Segura, y bajo de la dicha puente hay un molino de una piedra que es de Juan Rodríguez, vecino de Beas, y más bajo del molino susodicho..."

Veréis, con el tiempo, que todos estos interesantes datos darán su fruto, serán el germen de otras entradas, insisto en que del pasado podemos aprender a hacernos preguntas. 

Otra valiosa aportación:

"El río Guadalmena, actualmente, toma su nombre por vez primera en un puente que cruza la llamada carretera de Jaén, a unos kms. de Alcaraz, camino de Reolid y Villapalacios, justo en el lugar donde se unen los dos cursos, el procedente del Horcajo-que viene por el valle-con el río de Alcaraz (que entra por la margen izquierda), río que, a su vez, recibe su nombre en Los Batanes, donde se forma con los ríos-arroyos de El Escorial y de La Mesta. Así pues, la cabecera estaría en una nava o dolina por encima del Horcajo, comenzando a desaguar paralelo a la carretera nacional, después recibe las aguas de los arroyos del Piojo y de Peñascosa (por la izquierda) y de Povedilla (por la derecha) y, cuando se le une el de Alcaraz (procedente de la Molata de Los Batanes), en el puente citado al principio, es cuando ya se considera el topónimo Guadalmena. Después recibe las aguas de los arroyos-ríos de Salobre (desde Zapateros), Angorrillas (Vianos), de La Mesta (Villapalacios, no confundir con el de La Mesta de Alcaraz) y, finalmente, Turruchel (Bienservida, antes río del Nacimiento) desde donde sale de la provincia a unos pocos kms. de la ermita del mismo nombre)

Angel Ñacle, autor, entre otros muchos títulos, de "Ríos de Albacete"


Muy cerca ya de la puente, me encuentro con restos que no sé interpretar pero...


No puedo explicar el efecto que me produjo verte, no sabría decirlo, es necesario estar aquí, es necesario admirar la obra de Vandelvira y es fundamental considerar que en medio de un lugar remoto, sin señalizar, como tantas otras maravillas ¿quién espera encontrarse contigo?

Como es habitual en este blog, doy paso a lo escrito por un autor de nuestro Campo, Juan Carlos Gómez Macías y lo que detalla en su libro "Los topónimos de Albaladejo" sobre esta "puente nueva" como siempre será conocido.

Acerquémonos mucho más y... Carpe diem (aprovecha el momento).


"En unos territorios muy vinculados a nuestra localidad (Albaladejo), aunque no pertenezcan a su término municipal se encuentra un puente antiguo y llamativo del que conocíamos pocas cosas. En la actualidad, el puente está situado dentro del término de la villa de Siles, en la provincia de Jaén y una de las villas que formaban el Común de Segura. Se trataba pues del único puente entre Segura y Montiel.


Sobre el único río importante en esos parajes, es decir, el río Guadalmena que sirve de lindero entre las provincias de Ciudad Real y Jaén, igual que sirvió de lindero entre los antiguos Comunes de Montiel y Segura. El puente no está lejos del puente moderno por el que cruza la carretera desde Albaladejo hasta la Nacional 322 Córdoba-Valencia. 


Es un puente bastante hermoso con dos ojos desiguales, el mayor roto y el menor intacto, configurado en lomo de asno.

 


El ojo menor tiene una luz aproximada de 5,40 metros. La anchura de la calzada es de 2,86 metros y los sillares, de arenisca roja, miden 0,97 m. de longitud por 0,25 de ancho. El ojo está reforzado de un modo disforme, en la margen derecha, aguas arriba, cuenta con un contrafuerte cilíndrico de sillar de buena factura, mientras en la margen izquierda, aguas abajo, esa función la realiza otro contrafuerte de factura cuadrangular, de mampostería poco elegante, ordenado en varios niveles que reducen su volumen progresivamente en mesetas sucesivas. 



Existe un documento que constata que las areniscas o piedras para construir el puente fueron extraídas y trasladadas de las canteras que hay entre Albaladejo y Terrinches. La rotura del ojo más grande quizá se deba a una voladura efectuada para dificultar el tránsito de las tropas francesas. Río abajo, en la orilla derecha se sitúan las ruinas de un molino, que se conoce como el molino de Rajamantas.


En las "Relaciones de Felipe II", publicadas por Villegas Díaz y García Serrano, de Villamanrique, hay datos sobre este puente. En este texto de las Relaciones que es del año 1575, dice que fue construido aproximadamente hacia 1572, se hizo en sustitución de otro "muy principal" que llevó el río y como muchas personas y cabalgaduras perecían en el dicho río y los ganados no podían pasar de una parte a la otra en tiempo de invierno, se hizo una puente a costa de los pueblos y villas del Campo de Montiel y villa de Segura en "el paso de ambos partidos que lo sorbió el río...tiene dos ojos, uno de los cuales es tan grande como el de la puente de Alcántara de Toledo (dato algo exagerado), en poco más de tres años. Siendo gobernador del Campo de Montiel, Gómez Velázquez, con gasto de catorce mil ducados, a pesar de tener los materiales a pie de obra, pero es obra excelente y notable, muy hermosa y de muy grande aprovechamiento". 


Ignoramos cuál fue el sistema de financiación, aunque el texto sugiere que fuese entre los Comunes de Segura y Montiel, que eran los principales beneficiados. Estos Comunes integran en la actualidad los partidos antiguos de Segura, luego Orcera, y Montiel, luego Villanueva de los Infantes.


Este puente resulta sorprendente porque está fuera de las vías que se han indicado como comunicacion entre el valle del Guadalquivir y la Meseta. Tiene como detalle curioso un doble juego de dovelas sobre el ojo menor, talladas en diferentes tipos de piedra, lo cual produce la impresión de que se repitió en épocas diferentes para reforzar la estructura primitiva que probablemente se salvó de la ruina del puente antiguo "que sorbió el río". Como dicen las Relaciones y la reconstrucción indica que la ruta era practicada y valorada como importante.


Según un mapa militar fechado en Segura a 5 de junio de 1809, en esa fecha estaba intacto y defendido por una avanzada de cien hombres, del regimiento de Almansa y paisanaje de los pueblos de la Sierra, que formaba parte del esquema de defensa del ejército español, en su ala derecha mandado por el general Grimarest, frente a los francesas de Soult. 


Fotografía cedida por Carlos Javier Garrido, autor del blog:

"Historia local y social"



El sistema defensivo estaba articulado con el cuartel general de la vanguardia del Ejército del centro, mandada por el general Grimarest, situada en Villamanrique y el campamento de dicha vanguardia en un punto llamado la Venta Nueva, sobre el camino de Valencia a Andalucía, con una avanzada sobre un cerro cercano, próximo a Montizón, a la altura de Venta de los Santos, en el camino a Villamanrique, desde la población de Montizón. En sucesivas escaramuzas debió dinamitarse dicho puente.


El puente parece que fue un proyecto del propio Andrés de Vandelvira, natural de Alcaraz que trabajaba por este Campo de Montiel, y que se casó con una hija de Francisco de Luna, un importante arquitecto de la época, natural de Infantes y al que debemos varias construcciones en los pueblos de la zona.


Según las investigaciones de Enrique Herrera y Juan Zapata publicadas en un artículo de un congreso sobre Vandelvira del Instituto de Estudios Albacetenses,  podría tratarse de una de las primera obras de ingeniería de Vandelvira, documentadas hasta el momento.


A través de ellos conocemos muchos datos. Llegaron a ellos gracias a documentación judicial emanada de un pleito entre el Común de Segura de la Sierra con el del Campo de Montiel, que surge por el reparto de dinero para sufragar los gastos de la construcción del puente. Estos documentos contienen una rica y detallada información sobre el transcurso de la obra, y en ellos se menciona la intervención de Andrés de Vandelvira como arquitecto que elaboró sendas trazas en los años 1555 y 1565.


Disponemos de noticias que nos informan que el 15 de octubre de 1471 el maestre de Santiago, D. Rodrigo Manrique, eximió a los pueblos de Segura, Campo de Montiel y villas del Condado de Paredes, del pago de portazgo, pontaje y cualquier otro tributo por haber contribuido a la construcción de un puente sobre el río Guadalmena. Sabemos de la existencia de un puente en esta parte del río en la década de 1530, mandado construir por el mariscal Cristóbal López de Aguilera, gobernador del Partido de Montiel, y que aún no se había concluido en el año 1536.  



Se trataba de un puente de tres arcos apoyado en dos pilares sobre el cauce del río, que pronto sufrió problemas en su estructura. Uno de estos pilares no estaba correctamente cimentado y además, se había retirado el armazón de madera antes de que fraguara, con el consiguiente deterioro y ruina.



Estos problemas estructurales y varias riadas hicieron que se recurriera este mismo año a Andrés de Vandelvira, considerado el mejor arquitecto de la zona,"...maestro de canteria e hombre muy esperto en el arte que es la persona que mas nombre tiene en toda esta tierra..." El 23 de septiembre de 1555 se pagaron a Vandelvira 16 ducados por visitarlo junto con Pedro de Mújica, también cantero.



Al final, decidió construir el puente en el mismo sitio del anterior, aunque Vandelvira introdujo importantes novedades en el nuevo diseño. Los motivos por los que se mantuvo la ubicación fueron sobre todo de carácter económico.


El 29 de abril de 1565 la factura de la obra nueva se remataba por valor de 1.550 ducados en Juan de Cerecedo, cantero vecino de Almedina, a quien también se adjudicó el 6 de septiembre la piedra arenisca de las canteras de Terrinches por el precio de cuatro reales cada vara.


El puente sufrió varias riadas y reparaciones pero fue sólido durante años. Aún resisten sus restos pese a la bravura del Guadalmena y su abandono"

Juan Carlos Gómez Macías.





Concluida la visita, me alejo con la nostalgia que imprimen estos enclaves a donde hubiera querido trasladarme a aquel lejano siglo XVI y haber sido espectadora de la rehabilitación de este magnífico puente. Mientras no nos roben las ganas de soñar seguiremos el rastro de la añoranza.


27 de agosto del 2017.


Me permito dejar unos versos de Unamuno, porque una sigue creyendo que los puentes, las norias, los cortijos...,esa amalgama de ruinas entrañables, también tienen su "alma"

"Me destierro a la memoria,

voy a vivir del recuerdo.

Buscadme, si me os pierdo,

en el yermo de la historia..."


Imprescindibles:

-"Los topónimos de Albaladejo" de Juan Carlos Gómez Macías.

-"Andrés de Vandelvira en La Mancha" de Enrique Herrera Maldonado y Juan Zapata Alarcón.

-"Un mapa de la Sierra de Segura en la Guerra de la Independencia (1809)" de Carlos Javier Garrido García.



Y como "obra maestra", os dejo el enlace a un excelente trabajo de mi amigo Miguel Mesa, sobre los puentes del mejor arquitecto del Renacimiento, solo quiero que recordéis que este "Puente Nueva" fue el primero donde intervino, lo veréis al final de este artículo.

Chilanco Elías: "Los puentes de Andrés de Vandelvira en la provincia de Jaén"


domingo, 6 de diciembre de 2020

DE RUTA POR LOS MOLINOS DE VILLAMANRIQUE.

 

Trataré en esta entrada de unir en una ruta, larga, anticipo, los molinos harineros de Villamanrique.

Retomo, para ello, la lectura del libro de Domingo Melero "Ciudad Real, tierra de molinos de agua", veamos y como prólogo, ¿cuántos molinos tuvo en activo esta población? Después trataremos de unirlos y dar un largo paseo por los campos de esta bella localidad:

"Molino de Don Reyes, del Paso, del Marqués, de Aragán y los desaparecidos: de Alfaros, Crespillo y Consejo"


Vamos a remontarnos en el tiempo, para ello nada mejor que las "Relaciones Topográficas de Felipe II" (1575)"

"...El agua de este río no es aprovechable para beber en cambio en sus orillas hay unas fuentes de agua muy buena y sana. Para moler van los vecinos a sus molinos y a la cañada que dicen de Santa María que se encuentra en el término de la Torre de Juan Abad.

La mayor parte de su tierra se aprovecha para la labranza y lo que más se cultiva en ella es trigo, cebada y centeno y vino. También es tierra de ganados.

De lo que más necesidad tiene el pueblo es de aceite del que se provee de Andalucía..."



Y ahora abramos el Diccionario de Madoz (1845-1850):

"...Le bañan los ríos Guadarmena y Guadalen; los arroyos Dañador, Cañada de Sta. María y Sabiote; encontrándose 4/2 leg. al S. la fuente llamada de Perete de aguas minerales, reconocida como muy útil contra la obesidad y las llagas..."

Se cita a la Cañada de Santa María, a lo largo de la historia, unas veces como arroyo, otras como río. A mí siempre me ha parecido río.



Primera inquietud, sí, inquietud.
¿Qué camino tomar?
El de la izquierda te llevaría al molino del Marqués y al castillo de Montizón.
Tomemos el de la derecha, así intentaré poner orden a esta preciosa ruta.



Es de libro, sí, porque a lo largo del camino veremos unos cuantos hitos que sentaron las bases de la Historia de este Campo de Montiel por el que ahora transitamos. Al fondo, el castillo de Eznavejor.



Y al fondo las sierras que acompañan a Castellar de Santiago, esos montes a los que aún no me he encaramado.
Tiempo al tiempo.



Algo inequívoco que quizás no se repita en todo el Campo de Montiel, un mismo camino y con vistas a distintas fortificaciones, esta vez es el torreón de la Higuera. Así comprobamos que la línea defensiva funcionaba en la Edad Media. Aunque para ello debamos ascender a sus torres o mejor dicho, salvo en Montizón, situarnos junto a ellas.


A lo mío, encontrar el nombre de la senda por donde disfruto, Camino Puente del Batán.


La Batanilla y al fondo, el torreón de la Higuera.


Sí, lo vemos ya, es el castillo de Montizón que asoma con su torre del homenaje.


¿Qué es esta hermosa construcción ?

Casa de la Huerta de D. Reyes.


Muy poca distancia nos separa del siguiente cortijo.

Qué nos dice Madoz al respecto?

"...32 cortijos de labor con sus tierras correspondientes; otros 40 arruinados; 9 colmenares y otros 30 arruinados; varios montes poblados de jara, marañas y robles; y 4 minas de plata en el sitio de Cobastiga, abandonada..."


Y llego a La Batanilla.



Ambos edificios con sus anexos son ciertamente antiguos.



Voy en busca del protagonista de esta historia. Recordar que sin agua no habrá molienda.



Y aquí tenemos al motor que movía estos molinos.
Un arroyo, o un río, el de la Cañada de Santa María.
También llamado arroyo de la Virgen de la Vega.



A mí, que tantas veces me he acercado a este enclave, me has parecido calzada y acequias y hoy encuentro, en una mapa antiguo, que aquí se situaba el puente del Batán.
Y ahora entiendo el nombre de la Batanilla.



Estamos en febrero y hemos de esquivar sus aguas para continuar un trecho más por su trazado.



Solventado el frío obstáculo, nos desviaremos hacia la derecha, ya nombrado como Ruta de Don Quijote.



Algún cortijo de cuyo nombre es imposible acordarme.



Este camino, sin desvíos, une el castillo de Montizón con la Torre de Juan Abad, ver que solo nos separan 3 km.



Dejo constancia de tu nombre porque en mis mapas no apareces y porque algún día reiniciaré el catálogo de los topónimos, qué riqueza, de estas localidades y sus territorios.



Y ya tenemos cerca el siguiente molino.



Para encontrarte como río, como Dios manda, me voy a Hervás y su Diccionario (1914):
"...A media legua hacia esta parte nace el río que dicen la Cañada de Santa María, dando movimiento á trece molinos harineros y fertilizando algunas huertas de pocos árboles, destinadas á producir lino, cáñamos y verduras, y cuyo diezmo importaba mil reales..."
Pero, ¿cuáles eran esos trece molinos? Os preguntaréis.
A los 7 que citamos anteriormente del término de Villamanrique, añadimos los siguientes pertenecientes a la Torre:
Polo, Perea, Frías, Ronchín, de la Peseta y los desaparecidos: Cabezuela, Mono.


Bienvenidos al "Molino de Don Reyes" y a las distintas edificaciones que lo formaban a ambos lados del camino.


"...se encuentra en la margen izquierda del arroyo de la Vega. Se accede al molino por el camino que va a la Torre de la Higuera, está enfrente de ella...está abandonado y sin uso...


Tiene un caz de largo recorrido unos 1900 metros...



Es de planta rectangular, por los restos que se observan, sus muros están construidos con piedras grandes en sus cimientos y mediana en el resto del molino con argamasa. Delante tiene su cárcavo de salida y detrás tiene su cubo, y el caz, tiene al lado varias dependencias.


Una de las primeras fuentes documentales de los molinos hidraúlicos de Villamanrique , son las "Relaciones del siglo XVI" de Torre de Juan Abad, donde en su contestación 22 ya refiere que hay trece molinos harineros en el arroyo de la Cañada de Santa María.

La siguiente noticia de estos molinos es de 1753, en el "Catastro de la Ensenada" de Villamanrique, donde dice que hay cinco molinos en la ribera de Cañada de Santa María, que tiene una piedra y son los siguientes:

-Molino Cecilio Mejía.

-Molino de Pedro de Lillo de Ordóñez.

-Molino de Antonio Valdez.

-Molino de Miguel Patón.

-Molino de Fernando Aguilar y Diego Ortega.

La descripción del término de Villamanrique en 1773, ya cita a cinco molinos, entre ellos al de Don Reyes.

Después en el siglo XIX, el "Nomenclátor de 1858", refiere que hay cinco molinos...

También Madoz en su Diccionario, ya dice que hay once en el término...

En la "Guía Consultor de 1905", sobre Villamanrique se cita a una serie de dueños-molineros, entre ellos Reyes Frías Añover, seguramente se llame este molino así por su dueño.

Este molino también es conocido como el de "Álamos blancos"

Los mapas topográficos de 1889 y 1934, lo mencionan y reseñan.

Para su actividad molinera en 1950, siendo su último molinero Carlos Muñoz Vivo, apodado "El Mudo"



Pero este molino tiene algo más de particular, mirad al frente, el Torreón de la Higuera.



"En esta villa (Torre de Juan Abad) hay dos fuentes diez pasos  una de la otra, y una tiene unas sanguijuelas pintadas con unas ruedas, blancas y verdes, y estas sanguijuelas tienen tal virtud que cualquier persona que tiene postemas en cualquier parte del cuerpo de cualquier calidad que sea yendo a esa fuente a echar de estas sanguijuelas en llevándolas a donde la persona estuviere con que las lleven y tengan en su misma agua de que la fuente y no en otra agua alguna porque las sacan de su agua y se mueren se ase de la parte donde está la postema y enfermedad y no de otra parte alguna y chupan hasta que aplacan y estando hartas luego se sueltan y no hieren en cosa alguna...y vienen de muchas partes de lejos de más de cincuenta leguas a echárselas...y dicen los médicos que solamente hay de estas sanguijuelas dos fuentes en toda África y Europa..."
Relaciones Topográficas de Felipe II (1575).



"Esta fortificación es una construcción cristiana que podría fecharse en la segunda mitad del siglo XIII y posteriormente a la fecha de edificación del castillo de Montizón. Está levantada para permitir el enlace visual entre Torre de Juan Abad, castillo de Eznavejor, castillo de Montizón y Villamanrique...
(Este campo visual me voy a permitir el no mostrarlo porque opino que debéis subir hasta aquí y verlo con vuestros propios ojos, no hay que daros todo hecho)



...El torreón de planta cuadrada y esquinas redondas construido de mampostería y sillarejo, conserva todos sus muros, aunque en uno de sus lados ha perdido un trozo de lienzo. Han desaparecido sus suelos de madera, que dividían la torre en dos pisos y se conserva una terraza en la que no quedan ya restos de almenas.."
"Villamanrique, tierra de Historia y de Poetas" de Carlos Villar Esparza y Constancio Zamora Moreno.



Poso la mirada donde el ave antes lo hizo.



Y me dispongo a retroceder el camino, porque llegar a la Torre será en otra ocasión, ahora sigo con nuestros molinos y nuestro río-arroyo.



No se hace pesado el caminar, para nada, porque las llanuras manchegas en invierno se deslindan entre un verde magnífico y una niebla que difumina el lánguido horizonte. No entraré a verte ahora, Montizón. 
Tomo a la izquierda, iré por el camino de Castellar de Santiago a Villamanrique.



No hay molienda sin río, recordar, aunque ahora no funcionen los molinos. Tesoros que no deberíamos dejar perder.



Y llegamos al molino del Paso.



"Ubicado en la margen derecha del arroyo de la Vega, en una terraza fluvial que en la actualidad no está cultivada, tiene un caz de largo recorrido, unos 1500 metros...



...de planta rectangular...delante tuvo su cárcavo de salida y detrás tiene su cubo y el caz.
...en 1773 ya se cita.
Para su actividad molinera entre los años 40-50"
Domingo Melero.



Seguiríamos dirección a Villamanrique para desviarnos al camino que lleva al siguiente molino, antes de llegar al Guadalén, sería quizás un poco largo para quien no guste de caminar.
Tenemos también la opción de retroceder nuestros pasos y regresar al camino de acceso al castillo y antes de llegar a él, a la izquierda sale una senda que nos llevaría directamente al molino de Aragán y de ahí al del Marqués y regresar a Villamanrique.
Cada uno que trace su propia ruta, según el tiempo que disponga, pero recordemos que al caminante no deben flaquearle nunca las fuerzas y que el ánimo, nos debe seguir siempre como compañero, como diría nuestro Cervantes:
"Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades"

Esta ruta, lo confieso, la he hecho en dos partes. Suponga el lector y estará en lo cierto, que una es de caminar lento, de observar la naturaleza y de detenerse, sin mirar reloj alguno, en las construcciones que se encuentra a su paso. Habría hecho de fiel compañera de Don Quijote, sin subir en yegua alguna, pues una es de andar, como Machado, largos paseos contemplativos y dejar que la tarde llegue sin darme cuenta. Pero sí, os aseguro que la ruta es factible en una jornada.
Recordaréis cuando al principio, tras pasar el Guadalén, me dirigía hacia La Batanilla, pues a la izquierda el camino luego se bifurcará en dos; a la derecha, nos encontraremos con el que lleva a Castellar que ya conocéis un tramo y de ahí al castillo; y el de la izquierda nos conducirá al molino del Marqués y seguidamente también a Montizón, es decir, todos los caminos van al castillo. 
Santa María entrega sus aguas al Guadalén que lame el roquedo donde se sitúa la fortaleza más bella del Campo de Montiel, es mi opinión.



Muy cerca de nuestro siguiente molino veremos este pequeño cortijo, así lo parece, con una hermosa era.



Y caminando por sendas alfombradas de verde llegamos a...



"El molino del Marqués.



Era un molino de dos piedras, por su sala de molienda pasaban la cebada, el trigo, las guijas...para ser transformadas en harina.
Mirad su caz, el recorrido era de unos 1100 metros.

Como un blog está siempre con las puertas abiertas, dejo aquí los datos aportados por Juan Jiménez Ballesta, sobre los 13 molinos de la ribera del río Cañada de Santa María, en su imprescindible libro:"Torre de Juan Abad en su historia"
"Año 1575. Los nombres de sus dueños y las rentas (por año) de cada molino eran:
-Luis Moreno    7.000 mrs.
-Herederos de Martín Velázquez     7.000 mrs.
-Pedro Martínez           10.000 mrs.
-Pedro Sánchez del Pino (dejó dinero para vestir a los pobres del hospital)         20.000 mrs.
-Francisco Mexía y Teresa González          40.000 mrs.
-Del licenciado Segura                     20.000 mrs.
-Rodrigo de la Torre            20.000 mrs.
-Juan Patón                20.000 mrs.
-Alonso del Pino, vecino de Villamanrique    15.000 mrs.
-Herederos de Gonzalo García (era caballero cuantioso)  
15.000 mrs.
-Diego López, vecino de Villamanrique        30.000 mrs.
-Herederos de Martín Sánchez          8.000 mrs.
-El de Alcaide                  20.000 mrs."



El cubo sustentado por enormes contrafuertes. Observar la piedra rojiza, arenisca, tan extendida y trabajada en este Campo de Montiel.



Siempre he pensado que este molino es el más antiguo de la zona, quizás de origen romano. Tan cercano a Montizón y a importantes vías de comunicación.



Por el orificio de arriba pasaba el árbol, eje que conectaba el rodezno o rueda motriz horizontal del interior del cárcavo, con la piedra volandera de la sala de la molienda. El rodezno contaba con unas palas que eran movidas por la fuerza del agua, y ese giro era el motor impulsor de estas complejas estructuras.



Se les llamaba molinos de cubo porque este depósito cilíndrico cuando se llenaba de agua, gracias al caz, impulsaba la rueda del molino.



"El molino es de planta rectangular...delante tiene su cárcavo de salida, detrás tiene su cubo, y el caz, tiene al lado varias dependencias (almacenes, cuadras y viviendas del molinero) La sala de molienda tiene la misma forma que el molino, en él se encuentran su par de piedras de moler.
Para su actividad molinera en 1945, siendo su último molinero Mauricio Reolid Beteta"
Domingo Melero.

No me quiero marchar de este molino, el cual he visitado en varias ocasiones, sin hacer un inciso. Esta entrada, esta ruta, solo trata de hacer hincapié en estos molinos, sobre todo en este, ¿por qué?
Conservarlo, evitar el deterioro progresivo de los restos, es una auténtica joya que no hay que perder.

El siguiente molino recogía las aguas de este, pues sigamos para encontrarlo, su caz.



El trabajo del molinero y de su familia era árduo, no solo mantener la estructura, la limpieza...fijáos cómo se conservaba el caz, gracias al trabajo bien hecho podemos admirarlo.



El caz o el camino.



"Molino de Aragán.
Tiene un caz de mediano recorrido unos 520 metros.



De forma rectangular, con dos plantas, sus muros están construidos con piedra grande en sus cimientos y mediana en el resto del molino con argamasa.



 
Delante tiene su cárcavo de salida y detrás tiene su cubo y el caz. La sala de molienda es cuadrada, en ella están su par de piedras y parte de su maquinaria. También hay otras dependencias (almacén, vivienda y cuadras...)



Ya es citado en 1773.
Para su actividad molinera en 1950, siendo su último molinero Carlos Muñoz Vivo"
Domingo Melero.

Fue allá por 2014 que este autor recogió en 4 tomos su interesante trabajo de recopilación. Este molino en concreto ha cambiado desde entonces. Este molino, repito, en concreto, no debería dejarse caer. En fin.

Y ahora, dos opciones. O volvemos sobre nuestros pasos o avanzamos, ojo que es peligroso un buen tramo, hasta Montizón.



Varias visitas en varios años. No tardaré en volver.

En 2017 fui con mi amigo Antonio Maldonado García y su familia al molino del Marqués, quede en memoria de este poeta-amigo esta entrada, sin él nunca habría estado aquí.

Imprescindibles:
-"Ciudad Real, tierra de molinos de agua" de Domingo Melero.
-"Villamanrique, tierra de Historia y Poetas" de Carlos Villar Esparza y Constancio Zamora Moreno.
-"Torre de Juan Abad en su historia" de Juan Jiménez Ballesta.

 
Esquema de las partes de un molino harinero, cortesía de mi amigo Miguel Mesa, de su puño y letra:






Y los siguientes enlaces, porque la inquietud no conoce fin: