martes, 23 de abril de 2024

EN HOMENAJE A UN ESCRITOR Y A UN AMIGO: MIGUEL MESA MOLINOS. CREADOR DE HISTORIAS

 








La mañana del sábado 19 de abril mientras se cruzaba mi camino, el del molino de Felguera, con la Vereda de los Serranos, me pareció ver a lo lejos, allá donde las líneas se pierden en las tupidas encinas del Teatino, a un pastor, aunque quizás fuera un ingeniero industrial retirado de los entresijos de las medidas, o un pacificador, o tal vez un escritor andante, porque los surcos que iba dejando su estela se amontonaban como cerros rojizos de esa arenisca que luego más tarde dispersará el tiempo. Di con la vereda, un afluente más que va a parar a la Cañada, sin acaso buscarla, surgió de un horizonte limpio más allá de Triviño para, a mi izquierda, remontar en la lejanía los límites de Jaén. El pastor no se iba, regresaba, porque hay personas que no dejan a los suyos, se esconden entre los pliegues de las mañanas, entre los alcores del mediodía y revuelven los cajones que la noche cierra. No se van porque dejan sus escritos, sus huellas tras Santa Teresa y San Juan de la Cruz, sus sucesivas veredas donde pasan de ser aprendiz a pastor, sus remozados puentes, las agendas completas para colaborar con los urólogos en el Sáhara...y al amparo del velo de su familia, de su inseparable Amalia, cierra los ojos con el sueño reparador de quien conoce que todo lo que ha intentado lo ha hecho bien. 

Podría mencionar un extenso catálogo de esas inquietudes que hicieron de Miguel una persona extraordinaria, pero hoy, Día del Libro, quisiera atrapar al escritor que nunca quiso reconocer, pues la modestia se lo impedía, sin embargo su penúltimo trabajo:"Tras las huellas del pintor Francisco Cerezo en la Sierra de Segura", lo reafirma en ello. Miguel era un hombre de "empeños", ahí nos queda la restauración del puente Mocho en Beas de Segura, reconducir el aura de trascendencia que tiene la trashumancia, los lavaderos que salpican el territorio de la sierra de Segura, los molinos condenados al ostracismo, como las centrales hidroeléctricas en ruinas a las que hacía funcionar con sus concienzudos cálculos, sendas, caminos, veredas...a todos les levantaba el polvo al extraerles los pasos históricos que lo mismo diera una santa que  un admirable pastor. 

Tendrán un momento, seguro, para dejarse llevar por las páginas de su blog "El Chilanco Elías" donde fue archivando cada historia, cada semblanza, cada cariño a la tierra, al patrimonio olvidado, a los pueblos y a sus gentes. Hoy le lloran lo mismo el Cristo de José el Lanero en su hornacina, como el mastín que le mira con devoción , como la espiga de trigo que ve pasar su figura perderse allá donde la vida se mece en un sueño eterno.

A los que tuvimos la inmensa suerte de conocerle, privilegiados en los jardines de la amistad, nunca dejaremos de alabar su cosecha de pastos y ovejas en aquella conferencia que nos regaló en Torre de Juan Abad o si nos perdemos a la sombra de los estribos del puente de Vandelvira en Albaladejo o, tras las seccionadas columnas de Jamila, acabaremos agradeciendo, al verlas dorarse con el sol naciente,

 que la historia no solo la escriben los grandes, mecenas de un tiempo pasado, la hacen aquellos que tras formular preguntas no cejan en el empeño de hallar respuestas.

Si se cruzan a un pastor solitario en la estrecha calzada del puente de Almedina, deténganse y pregunten por su oficio, escúchenlo, no corran contra el tiempo.


Miguel escritor, Miguel amigo. No te olvidaremos.




(Unas flores para Miguel, peonías, una perfecta coincidencia entre este lugar del Campo de Montiel y su Segura de la Sierra)





Fotografía de Katy Gómez.



"Más lenta que el rebaño en el ocaso
llegó la primavera.
En el sigilo
que hace temblar el alba entre dos luces
llegó por el rocío
abriendo la ternura de los tallos
e iluminando abril de azul florido.

Y de nuevo, a lo lejos, las montañas
parpadeaban azules en los picos
con la nieve cercada de amapolas
tras la vereda verde de los trigos, 
 y de nuevo pastores y rebaños
se ponen en camino...

...y otra vez, como siempre, primavera,
tu corazón y el mío"

Eleuterio Prado.


23 de abril del 2024.









lunes, 8 de abril de 2024

TERRINCHES EN "LA DESCRIPCIÓN DE LOS PUEBLOS DEL CAMPO DE MONTIEL EN 1773" POR CARLOS VILLAR ESPARZA.

 








"Esta población se titula villa de Terrinches. Se halla situada al norte sur de la capital de Infantes. Dista de ella tres leguas y media, llevando su camino mirando al norte, y a un tiro de bala de ella, junto a la fuente de la Higuera. A la mano izquierda se aparta el camino para la villa de la Almedina y allí inmediato al Camino Real que se lleva por los calares desde Andalucía a Valencia. Y un poco más alto, como un tiro de bala, se aparta el camino para la villa de Montiel, prosiguiendo éste por los Calares, y llevándolo éste vía recta a la mano derecha del camino con inmediación a él, se encuentra la villa de Santa Cruz de los Cáñamos, y un poco más abajo, a la mano izquierda, el camino que de dicha villa se lleva a la expresada de la Almedina.

Y prosiguiendo el camino en la vega de dicha villa de Santa Cruz se encuentra y cruza el río Origon, que nace en el término de la referida villa y no tiene puente. Y siguiendo el citado camino, como a media legua de la de Santa Cruz, se halla la casa de Matillas a la mano izquierda, como (¿?) al expresado camino distante de él como un tiro de bala. Y prosiguiendo a la misma mano, hay otra que se nomina la del Cura. Y prosiguiendo se encuentra la aldea de Torres, jurisdicción de Montiel, y a un cuarto de legua de él, se encuentra el río Jabalón, y éste nace de los Ojos de Montiel. No tiene puente para transitarlo, en el que se encuentra el camino para la de Fuenllana. Y prosigue y como medio cuarto de legua del citado río está la casa nominada de Camero y un molino poco más abajo con un tiro de bala. Y no se encuentra otra cosa notable. 

Dicha villa se compone de ciento veinte y dos vecinos. Y por medio de ella baja y pasa un arroyo que nace a tan corta distancia, como la de un tiro de bala, de una fuente nombrada la de la Higuera. Y toma mayor caudal en otra que nace en dicha villa nombrada la del Sabuco, la que surte de agua al pueblo, cuyo arroyo va a juntarse con el río Guarmena, por el sitio de las Hoces del Sotillo.

Y el término de dicha villa se reduce a una legua larga en cuadro. Confina por el levante, norte, poniente y sur con veredas y término de dicha villa de Montiel. Las que deciden los términos de la de Terrinches la expresada villa de Santa Cruz, la de Albaladejo y la de la Puebla que está por poniente y dista de la de Terrinches una legua, la de Santa Cruz por el norte media, la de Albaladejo por saliente otra media, y este expresado término comprende media legua en tierra de labor y otra media de montes de carrasca, robles, chopos, jara y otras fustas, comprendiendo bastantes cerros"