"Es un tema recurrente, tanto en las conversaciones de sobremesa y de barra de bar, como en las cabeceras de los telediarios y periódicos importantes. Ahora vuelve a estar de moda después de haber sufrido, y estar sufriendo, las consecuencias de esa guerra que tanto nos está perjudicando y tan bien les ha venido a algunos que siempre saben aprovechar los momentos de incertidumbre para sanear su cuenta de resultados.
El mundo rural, vuelve a cobrar protagonismo, pues parece que han descubierto, ellos y el conjunto de la sociedad, que si no producimos lo que necesitamos de manera imprescindible, estamos absolutamente lastrados y condicionados a la voluntad de otros. Por eso dicen que hay que protegerlo, y lo repiten cual salmodia que por sí misma tuvieran efectos inimaginables. Mas temo que no volverá a pasar de ser un repunte más de ese espejismo recurrente, pues, la verdad es que el campo, más bien los que viven de él, siempre están a la quinta pregunta y colgados del mentidero. Es cierto que se aprueban y ejecutan ayudas que hacen todo más fácil, o menos duro, para aquellos que dependen de que el frio, el calor, la lluvia o la falta de ella no roce los límites que hacen peligrar las cosechas y los pastos que alimentan los rebaños. Pero la dureza y la incertidumbre persisten.
El mundo rural se pone de moda cuando se oscurece el cielo sobre el asfalto, pero como las nubes son pasajeras, la alegría dura poco y entre tormenta y tormenta se impone la realidad más cruda y, como en todos los idilios, los ardores iniciales dan paso a rescoldos que anuncian el gris de la ceniza. Y, sin embargo, para los que realmente desean vivir esas circunstancias y son capaces de disfrutar de una vida más sencilla, tal vez sea el destino ideal, aunque han de saber, o lo aprenderán rápido, que la poesía de los atardeceres y amaneceres de ensueño solo existe en las páginas que emborronan los poetas, pues las líneas escritas en la besana hablan de otros sentimientos, esperanzas y frustraciones. No es fácil saborear lo que te hace sufrir, pero siempre existe la posibilidad de encontrar un rincón reconfortante. Ahora que San Isidro, las Cruces y el resto de las fiestas de primavera aún resuenan en nuestros oídos, entusiasmarse con lo soñado resulta más fácil. Mejor aprovechar el impulso antes de que llegue el estío"
Esteban Rodríguez Ruiz
(Esteban es escritor, nacido en Alcubillas.
Pueden seguir sus escritos en su muro de facebook:esteban.rodriguez1@yahoo.es"