sábado, 30 de mayo de 2020

EL YESERO (984 M.) PUEBLA DEL PRÍNCIPE.





Un buen día, a más señas que era domingo, se preguntó cuántos vértices geodésicos tendría el Campo de Montiel y tardó una semana en encontrar que los datos eran los siguientes:
Un total de 64.
Que el más elevado era Cabeza de Buey en término de Torre de Juan Abad. Y que era Alhambra la que contaba con mayor número de vértices, 11 para más señas. Y que solo 4 pueblos estaban desprovistos de estos hitos.




Y bien temprano, un domingo, decidió que quería ver salir el sol desde fuera, sin ventanas ni puertas.




El camino de La Yesera apenas le ofrecía desnivel, esa resistencia que entronca con nuestro ánimo. Y olvidó pronto que seguía sin haber ventanas ni puertas y que los pies iban sueltos, ligeros como midiendo el terreno que siempre había estado ahí, y que sin embargo ahora lo reconocía por primera vez.




Y desde arriba distinguió la estampa de la iglesia de Villamanrique, la extensión del camino del Campo de San Miguel y siguió sin ver ventanas, ya se le iban borrando de la mente los recuerdos de las estancias apretadas de recuerdos y dolor.




Y fue de esquina a esquina, es decir, de cerro a cerro.




Y con la emoción, ya resueltamente contenida, sintió la brisa meciendo el cereal y sus ojos vieron el vértice y comprobó que El Yesero, con sus 984 metros, siempre estuvo ahí.




Y tras la mirilla de una puerta que ya no lo era, tras el marco de una ventana que había desaparecido, encontró que la libertad se inicia cuando decides, una buena mañana de domingo, que los caminos aligeran de penas nuestra existencia.




"Tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos más aventajados"
Cervantes.




Y ese domingo acogió la idea de que ahí en adelante, para recuperar el tiempo confinado, recorrería cada vértice como si en ello le fuesen retazos de su vida.

24 de mayo 2020.

Fotografías de Rosa Cruz.


6 comentarios:

  1. Tenemos cosas en común, una de ellas la atracción por los vértices geodésicos. Todos los de mi alrededor los he visitado, alguno de ellos con mi nieta mayor. Relación: San Marcos, el más alto 924; Sierrezuela, el más visitado: Mansegosa, el que más trabajo nos costó encontrar; Acebuchal, lo vi nacer (¡¡¡que viejo soy!!!); Molino, estaba al lado y lo visite el último. Me queda alguno, no sé si me animaré.
    Un saludo

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    1. Decidí hace unos días ascender a cada uno de ellos, con calma, buscando esas horas del día donde el sol no moleste. Y el domingo pasado no econtré el de Terriches, el pico Castellanos, pero sí que di con una interesante ruta que pondré aquí algún día. Para mí las montañas ocupan un lugar importante, cuánto echo de menos las de mi Jaén, subir de nuevo al Navalperal, o las de Albacete, como La Sagra a la que tantas veces me he dirigido. Aquí siguen siendo montañas, más modestas en altura pero igualmente hermosas porque las vistas, hasta donde alcanzan, siempre nos llenan de placidez. Ánimo y a seguir soñando, muchas gracias.

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  2. Las fotografías nos hablan por sí mismas de la belleza de recorrer un camino, de la luz que nos acompaña, sea al amanecer o al mediodía, también al atardecer, y con tu texto nos identificamos todos, porque tras el confinamiento, aprenderemos a ver las cosas y a vivirlas con más intensidad si cabe, y también a recorrer nuestro propio camino extrayendo la esencia de lo que nos rodea. Un abrazo. Muy bonita entrada.

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    1. Recorrer caminos en cualquier dirección, volver sobre nuestros pasos, avanzar o quedarnos a admirar una flor, un muro, una higuera centenaria...Eso es lo que debe ocupar nuestro tiempo libre, rendirnos ante la naturaleza, muchas gracias, Juan.

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  3. las fotografías hablan por si sola bonita entrada, bonitas de amanecer, una entrada diferente, cada día te superas más,nuestra tierra también tiene sus encantos y contigo no los recuerdas me encanta.

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    1. Con esta entrada inicio esa nueva etapa en la que, con tiempo, intentaré ascender a cada uno de los vértices geodésicos del Campo. Para mí fue sorprendente encontrar ese gran número de ellos que hay por aquí. Es necesario plantearse retos, sencillos pero retos. Un abrazo.

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