domingo, 16 de julio de 2023

LA INSOPORTABLE DESESPERANZA.




"¿Sabes qué se hace cuando no se puede más? Se cambia"

Alberto Moravia.




Esta mañana tendría que haber visto la luz una entrada sobre rutas o quizás la de las piedras con signos, pero me fui temprano al campo, como cada fin de semana, a ver amanecer y trabajar un poco, antes de que el calor me alcanzara. Las que sí me agarraron a tiempo fueron las avispas, a traición silenciosa, solo tres me clavaron su aguijón, y encima no llevaba en la mochila mi salvador, el ajo, ese que frotas inmediatamente sobre la picadura y alivia y frena lo que ocurrirá después. En fin, me sirvió el metal de mi bastón, también refresca, porque agua para hacer barro no tenía a mano.


 



Sin darme cuenta vi como por el cielo se iban esparciendo nubes y recordé que, hace dos días, ese dolor que desde chica me acompaña y me avisa de que va a llover, apenas le había hecho caso, ¿por qué? pues es sencillo, ya no sirven estos avisos naturales, inherentes a la naturaleza ósea de cada cual, desde el año pasado, para ser más concreta, antes, nunca me habían fallado. Eso sí, los aviones que durante toda la semana soleada no habían dado un ruido, esta mañana ya rugían motores, anda y en domingo, da igual, ¿no ven que durante el resto de días no habían currado? 
Los detractores de esta teoría "conspiratoria" me dirán que aquí hay otra que piensa lo mismo.
Les contesto: No se trata de pensar; si estudiaron, recordarán lo de que el primer paso es la observación y a eso me dedico yo cuando no trabajo. Es una ventaja el vivir en el campo, trabajar en el campo, querer al campo y sufrir por el campo, aunque no me dedique a él plenamente pero mi tiempo libre es suyo, le pertenece.
Hará unas tardes que el cielo se fue cubriendo de nubes, avisté un futuro próximo, enriquecedor, porque aquí con dos gotas somos felices, con ver charcos, es suficiente. Hasta las 23.39 minutos "anduvieron" por el firmamento los "rompedores de nubes", los "destructores de esperanzas", con el sueño que tenía, porque madrugo, estuve pendiente hasta que dejaron una esfera celestial con luminosas estrellas, de estampa astronómica típica, de libro.
He visto tanto y he perdido la esperanza y eso que con las últimas lluvias todos empezamos a vislumbrar que la cosecha de aceituna se apañaría, como ha ocurrido, pero ¿por qué frenar al tiempo, otoño, invierno, primavera...? ¿Qué mal les han hecho?, para acentuar que el cambio climático es cierto, es imparable, para recoger subvenciones de Europa... Me encantaría saberlo, bajen de sus aviones y expliquen, no se amparen por la distancia, además necesitamos saber quién les paga y porqué, me encantaría conocer si tienen piscina, si beben agua embotellada, cuánto dura la ducha que se dan o quizás si tienen jacuzzi. ¿Piensan alguna vez en gente normal, ganaderos, agricultores, jubilados que querían echar un poco de huerto, que son felices paseando por sus viñas o su olivar y viendo el fruto engordar?
Todo esto aplicado al "jefe o jefes" y a los pilotos, ¿saben lo que es la conciencia? ¿Duermen tranquilos, tienen hijos y les explican a qué se dedican?...En fin, me salen bastantes preguntas.





A mí la desesperanza me hunde cada día, de nada sirve que sea una privilegiada por tener trabajo, me hunden tantas cosas que veo, que escucho.




Hoy se dan subvenciones hasta para sacar del canasto la aguja de hacer crochet.
Me viene a la pobre memoria que me ha quedado quizás como consecuencia de sufrir de desesperanza, entre otros motivos, cuando de chiquilla nos reuníamos en la casa que habitábamos varias familias y comprábamos entre todos la cal y el azulete. A mí me dejaban hacer la raya del zócalo pues por aquel entonces ya despuntaba en dibujo.
La noche anterior con los preparativos, luego a remover la cal. Los chiquillos dábamos alguna que otra carrera pero a la hora de la verdad estábamos más quietos que un poste y aprendíamos de nuestros mayores y si me extiendo y aprovecho el momento, les contaré que ni teníamos ventilador, cubos unos cuantos para subir el agua del pozo, una lechera, bolsa de pan (ahora nos acercamos al pasado), lápices los justos y a sacarles punta cientos de veces...es la añoranza de quien partiendo de casi cero ahora tiene de sobra, solo eso.
 Pero es que llovía cuando tenía que llover y si no, se le llamaba sequía, como toda la vida de Dios, pero sin manipular.
Claro que nos cargamos el planeta y lo volvemos "loco" con amapolas en julio, pero seguimos reciclando, sacamos el coche solo para el trabajo, regamos cuando las flores están ya más para allá que para acá, lo siento por ellas, seguro que les provoco stress pero han de acostumbrarse...en fin que se hace todo lo posible y mientras tanto piensas que también más personas lo estarán llevando a cabo así  y sigues con tu vida, intentando hacer lo mejor posible y sin pedir subvenciones ni patochadas, porque para enhebrar una aguja, necesitas solo hilo.
O la vida pasa muy deprisa y no la pillo o es que me vuelvo anticuada, debe ser eso.





Los que se animen a sacarme los colores les diré que ya estoy como esta flor, es decir, con espinas, me da igual todo, las críticas, "las tonterías de patio de recreo" Lo que sigue funcionando, cuando se llega a mi edad,  es que cada día te levantes y digas: "Vamos para otro día, a ver qué hacemos bien", porque para hacer el mal ya hay de sobra gente.





"Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación"
Henry David Thoreau.




"Jamás desesperes, aún estando en las más sombrías aflicciones, pues de las nubes negras cae agua limpia y fecundante"

Unamuno.


Siento mucho daros hoy el tostón con esto pero mi vida es así, son mayoría los días en los que tengo que ascender montañas sin poder caminar que aquellos en los que sentarme en la cumbre me haría feliz.
Puede que hoy sea lo último que escriba, puede, en una ocasión dije que escribir sana, que este acierto que hago desde pequeña, con baja nota que saco, me ayuda a disminuir unos milímetros la desesperanza, pero en una servidora arraigó con fuerza esta llamarada que tiende ,como todo fuego, a quemar y pocas veces a extinguirse.

Y aún así, si luego lloviera, aunque fueran unas gotas, aunque fuese porque es domingo y no todos trabajan, y porque las tormentas son impredecibles y a veces incontrolables (les he visto frenarlas, ya saben, tengo un buen observatorio), puede que entonces me sintiera contenta porque empezaría a ir caminando uno por uno, cada rincón que conozco mientras lo sueño mojándose.





"Que piensen lo que quieran, pero no pretendía ahogarme. Tenía intención de nadar hasta hundirme-pero no es lo mismo"

Joseph Conrad.


Posdata:
Y si a alguien se le ocurre pensar que esto tenga que ver con política, por eso de las elecciones, porque para pensar mal también hay bastante gente, les diré que se equivocan porque ni he militado jamás en ningún partido ni he pertenecido a ningún sindicato, una siempre por libre, recelosa de los que imponen, dándole mil vueltas a cosas que otros harían sin pensar y eso que me he equivocado miles de veces y lo reconozco. 
Prefiero vivir, lo que me quede, inmersa (y sin miedo a la muerte, que hasta a eso le he perdido el temor) en el trabajo diario, en la lectura de los libros que me va enviando mi hijo, en los márgenes del sueño que no pillo porque para algo soy insomne e imaginando que algún día vuelva a ser la chiquilla que en mi pueblo iba corriendo a abrazar a la madre que hoy falta, la que me educó e imprimió este carácter tan atípico, creo que liberal, sin imposiciones, solitaria las más de las veces e intentando pasar por la vida sin molestar a nadie.
Y que no le pese a nadie la falta de a quien han querido tanto, (eso es lo que nos forja en gran medida, la pérdida del ser querido, de quien nos allanó el camino para que aprendiéramos a "andar"), porque siguen latentes en lo que hacemos a diario, en nuestros gestos, en ese almacén donde los recuerdos se funden en abrazos, ahí siguen vivos.
Lo que me hace recordar, por favor, os lo digo a menudo, no recurráis a los móviles ni para "educar" a los niños ni para ver el tiempo que va a hacer (cambia cada media hora, aproximadamente, increíble pero cierto, cuando se trata de precipitaciones)
Esperemos que llueva.


16 de julio 2023.

 

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