va buscando al Niño Dios
que se le perdió ayer tarde,
a quien encuentra pregunta:
Mi señora, si usted sabe
un niño se me ha perdido
de mi compaña ayer tarde.
Le responde:-Sí, señora,
por aquí pasó ayer tarde,
lleva el sol en un carrillo
y la luna en otra parte,
va pidiendo una limosna
diciendo razón es tarde,
a quien me dé, yo le daré
otras riquezas más grandes
que las tengo yo ganadas
en el Reino de mi Padre.
La mujer quedó admirada
al ver lo que el Niño sabe.
Le ha preparado una cama
de abejuela y alicate,
por cabecera un ladrillo
para que su cabeza descanse.
A otro día por la mañana
que el Niño se levantase
le dijo a su patrona
que con Dios se quedase.
Niño, me llenas el alma
que no me cabe en mis carnes,
desde allí partió la Virgen
más contenta que de antes.
Buscando de villa en villa
y también de valle en valle
y lo ha venido a encontrar
en estas honduras calles,
discutiendo con doctores
los asuntos de su Padre.
Y aquí termina la historia
de Jesús y de su madre"
Recitado por Flora Rodríguez Montano.
Residencia de ancianos Doña Paquita.
Yo creo que la Navidad debe ser en realidad una persona a la que admiro, espigada y menuda, sencilla de formas, entrañable con todos, con ánimo de ayudar a todo el mundo, trovadora de relatos de antaño de Villamanrique y Puebla. Flora debe ser la Navidad, estoy segura, no solo por llevar nombre de flor, tan acorde a las que se regalan por estas fechas. Flora representa con un solo papel, adscrito a su fisonomía, el carácter de sus ancestros, la madre y esposa querida, la amiga y vecina que siempre tiene unas palabras de ánimo.
Ella que apenas fue a la escuela, tan solo dos años, es capaz de abrir el anaquel de su memoria y recitar esos versos que aprendió de pequeña y a los que nunca dejó engarzados al papel. Se quedaron en su cabeza como si fuesen cuadernos ordenados en estantes y cuando quiere sacar uno se obra el milagro de quien sabe dar voz a los que con sus palabras avivan los recuerdos de nuestros abuelos. Porque en el universo de Flora habita la magia de navidades pasadas. La que ahora vemos.
Estos versos en particular se los hizo aprender su padre, pastor que era, que nunca fue a la escuela y que a su vez se los enseñaron otros pastores de Infantes, con quienes trabajaba allá en un cortijo cercano al Camino Real, entre tierras de Puebla y Villamanrique. Una vez más los caminos son transmisores de esa tradición oral que pega un salto en el tiempo y que es posible entresacar gracias a las personas-memoria que transitan por nuestras vidas.
Mi admiración por Flora.
En esta entrada os dejo los nacimientos que nuestras gentes de Villamanrique siguen manteniendo en sus hogares.
Os invito a uniros, el tiempo no duerme, a mostrar los que queráis.
Gracias.
Iglesia (Paulino Nova García)
Cortes Señoret.
Vivienda Tutelada.
Vita Manzano.
Carmen Berbel.
Mi más sincero agradecimiento a otra persona de idéntica calidad humana que Flora, nuestra Vita, sin ella no habría podido plasmar aquí los versos, ella es la que trasmuta a escritura la memoria de Flora.
Diciembre 2021.
Bonita entrada dedicada a los belenes,gracias a Flora yo que la conozco mucho es una bella mujer tiene una inteligencia y memoria que no se le olvida nada,enhorabuena por estos versos que a raíz de ahí arranca los belenes todos muy bonitos.
ResponderEliminarMi enhorabuena a Flora, por esa memoria y por esos versos que le enseñó su padre, y que probablemente a este se los enseñase el suyo. La Navidad se enriquece con testimonios como el de Flora, desde la humildad y el conocimiento de la vida, y también desde su humanidad. Bonita entrada por Navidad, por fin han quedado escritos los versos de Flora. Un abrazo!
ResponderEliminarSe lo diré a Flora, Juan, muchas gracias en su nombre. Un abrazo.
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