"Jaras, cantueso, tomillo, romero y espliego nos rodeaban. La unión de los matorrales componía un perfume del que nos adueñábamos en cada respiración. Las palomas torcaces, lavanderas blancas, abubillas y un pájaro carpintero se encargaron de componer la melodía a la tarde"
Antonio Maldonado Muñoz.
En algún momento del camino, fuera del recorrido, la sierra nos mostrará los escondidos narcisos silvestres, son el preámbulo de la primavera. Nunca olvidemos que hay que admirarlos justo donde están, no arrancarlos.
Saben, cada vez que iniciamos un camino estamos, sin saberlo, conectando nuestros pasos con los que hicieron antes esos mismos trazados: gañanes, recoveros, trashumantes, queseros...una suerte de personas que para poder vivir tenían que hacer largos recorridos, salir de casa para traer dinero al hogar o intercambiar productos.
El que les propongo hoy parte junto a la Vivienda tutelada, a su derecha y es circular. Viene señalizado y serán unos 18 km, fáciles de andar salvo los primeros tramos que en un continuo ascenso y descenso puede fatigar a algunas personas, pero lo calificaría de fácil, salvo por su metraje. Como ruta del Quijote que es, además, no podremos perdernos.
Inicio.
Hasta cinco arroyos vienen en los mapas a esta orilla del Guadalén, van todos a aumentar el cauce del río. Son: De los Perros, San Cayetano, Valdeinfierno, de la Fuente Nueva y del Barranco del Lobo.
Por cierto, olvidé decirles que hoy andamos por el Camino de la Orilla. La loma contigua lleva su nombre. No olvidemos nunca los topónimos, otra señal que nos devuelve al pasado.
El sol incide en Torre de Juan Abad y en Eznavexore (fortaleza islámica junto a la carretera)
Es quizás la parte más monótona de nuestro caminar, nada que ver con lo que nos espera más adelante.
Las tierras rojas toman la luz de una forma sorprendente.
Aquí marcan 33 km. a Castellar de Santiago. Realmente es dando un buen rodeo, porque este no es el viejo camino que conectaba Villamanrique con Castellar.
Se ilumina la imagen cuando aparece el bellísimo castillo de Montizón.
Estamos en una camino bien señalizado.
Un cruce de caminos.
Tenemos tres desvíos, tres posibilidades: a la izquierda iríamos a la ermita de San Cristóbal; al frente nos adentraríamos en un olivar; el nuestro es el de la derecha.
A partir de ahora el camino se muestra con agrado, con ese toque maravilloso que dan las piedras y el bosque: encinas, robles, jaras...harán de nuestro caminar un deleite continuo.
Estamos al final o al inicio, según se mire, del espectacular Estrecho de Perete.
Villamanrique engaña, no todo es llanura y olivar, hay parajes agrestes que te transportan a lugares de ensueño.
La Evernia prunasti, musgo arbóreo, nos habla de un bosque limpio, sin contaminantes.
Enfrente los escaramujos delimitan la orilla.
Roble.
Nos vamos acercando cada vez más a Montizón.
Cuando veo estas líneas me deprime el saber qué lejos quedan esos cielos de nubes densas, en los que imaginábamos formas. Irrumpen con prepotencia.
Una larga recta.
Volvemos a ver robles.
Nosotros seguiremos el camino, pero hay un desvío, a la izquierda, quizás no te des cuenta al pasar, te adentra en la sierra y acaba perdiéndose. Merece la pena asomarse a ese balcón natural donde la piedra metamórfica adquiere colores intensos.
Nuestro camino nos llevará hasta el apeadero de la ruta del Quijote.
Descansemos unos momentos.
En un suave descenso por este mullido camino gracias al musgo, nos internaremos en un bosque donde encinas, robles, jaras, cantueso...harán las delicias de nuestra vista y olfato. El oído se recrece con el sonido de diversas aves.
Nos vamos acercando al Guadalén, a su orilla. El castillo va tomando forma.
Estremece al alma el caminar por estos recónditos parajes.
Lo mires por donde lo mires siempre te parecerá impresionante.
"...Fortaleza cristiana construida entre los años 1240 y 1270 por orden de D. Pelayo Pérez Correa, maestre de la Orden de Santiago, sobre uno anterior musulmán desalojado en 1212 antes de la batalla de las Navas de Tolosa. Fue concedido a los caballeros de la Orden de Santiago y será la cabeza de la Encomienda de Montizón de la cual fueron comendadores Rodrigo Manrique y su hijo, el poeta, Jorge Manrique. El castillo está construido en el margen derecho del río Guadalén, un kilómetro aguas abajo de la desembocadura del arroyo de la Vega de Santa María, fue abandonado en el siglo XVIII y pasó a manos privadas durante la desamortización de Mendizabal"
Moisés González Vélez.
El trabajo de este joven arqueólogo torreño nos irá acompañando con la intención de explicarnos el pasado.
El único paso difícil es el del acceso a este punto, caminemos con cuidado.
Si no os paráis a ver el castillo seguiremos por el camino de la derecha que nos devolverá, en una larguísima recta, hasta Villamanrique.
Asoma en el horizonte Torre de Juan Abad.
El campo precisa agua, el verde de la siembra, en algunos tramos, está herido de muerte.
A la izquierda, el torreón de la Higuera.
Las encinas también nos hablan del pasado, ellas ya estaban allí.
Llegados hasta aquí nos desviaremos al camino de la derecha.
Todos los pasos los encontraremos abiertos.
Seguro que al pasar por delante de estas ruinas se habrán preguntado qué fueron: Son los restos del molino del Paso. Ya citado en el Catastro del Marqués de la Ensenada en 1794. Se trataría de parte de un edificio de probable origen islámico. El cercano arroyo de la Vega de Santa María llegó a contar con 8 molinos hidráulicos de una sola piedra, ahí es nada. Volvamos a leer a Moisés:
"..Solo existe, como ocurre en el Jabalón, un molino en el que el caz desemboca directamente en el cárcavo, se trata del molino del Paso.
En este caso el caz es canalizado al final mediante dos gruesos muros que convergen para conectar con el cárcavo sin que exista cubo, balsa (el agua no se acumula entre cuatro muros) o rampa...
El inicio del caz está difuminado. Existe una canalización que parte de la alberca situada al lado del caz del molino de Don Reyes y que se continúa o desemboca en el caz del molino del Paso. Por otro lado, el propio socaz del molino de Don Reyes desemboca en el caz del molino del Paso. Existe una canalización que parte de la alberca antes mencionada y el socaz del molino de Don Reyes. Si prolongamos en linea recta el trazado del caz del molino del Paso llegamos al cauce del arroyo en unos pocos metros, aunque no se encontró en este punto ningún rastro de presa. Pienso que la captación de agua del molino del Paso era triple, por un lado, tomaba agua de la alberca, por otro, del socaz del molino de Don Reyes y, muy probablemente, tomaba agua del arroyo, directamente mediante una presa, que desapareció"
Nos recuerda que las partes de un molino eran las siguientes:
-Presa o azud: Es un pequeño muro que permite desviar el agua desde el río hacia el molino.
-Caz: Es un canal que comienza en la presa y lleva el agua hasta el molino...
-Antipara o balsa: Zona de almacenamiento de agua antes de entrar en el molino por el saetín...
-Cubo: Es una estructura cilíndrica a modo de pozo donde se acumula el agua antes de entrar en el molino...
-Molino: Es el edificio donde se realiza la molienda del grano.
Sus partes son: Sala de la molienda, escolda o cárcavo y socaz..."
No entro en detalles porque en otro momento visitaremos el cercano molino del Marqués y veremos lo aquí escrito.
A partir de ahora, ese es uno de los objetivos de trabajos tan interesantes como éste de Moisés, observarán de otra forma unas ruinas. El conocimiento ayuda a preservar.
Un último cruce, a nuestra izquierda entra el antiguo Camino del puente del Batán que acude por la Batanilla. No tomaremos el desvío de la derecha. Sigamos hacia el rumor apagado del agua.
Estamos ante el arroyo de las Aliagas.
Me reitero en que Villamanrique es llanura y monte.
Río Guadalén.
Asoma en la lejanía la iglesia de San Andrés.
Ahora transitamos por el viejo camino que une Castellar de Santiago con Villamanrique.
A pesar de la sequía casi todos los arroyos llevan agua.
Diplotaxis erucoides, jaramago blanco, oruga silvestre.
Ya en el pueblo nos desviamos a la derecha.
De nuevo a la derecha.
El panel de inicio de ruta, la he hecho al contrario, no importa, viene a decirnos lo siguiente:
PR-CR 45 Castillo de Montizón.
Longitud 18 km. Desnivel de subida: 500 m. Desnivel de bajada: 500 m. Tiempo estimado: 4 h. 40 min. Tipo de recorrido: Circular.
"Durante este recorrido, flanqueado por castillos y torreones con siglos de historia a sus espaldas, podemos disfrutar del paisaje de transición entre la llanura cerealista de la estepa manchega y el pintoresco terreno paleozoico de cuarcitas y pizarras de Sierra Morena, surcado por numerosos arroyos estacionales.
Los primeros kilómetros se desarrollan entre campos de cereal, atravesando dos zonas de bosque de galería, el río Guadalén y el arroyo de las Aliagas. A través de una larga recta de paisaje adehesado, llegaremos al castillo de Montizón, donde el ilustre poeta D. Jorge Manrique vivió con su esposa y escribió algunas de sus obras. Desde su privilegiada ubicación se controlaban los caminos reales utilizados por viajeros y mercaderes medievales para entrar en Andalucía desde los Reinos de Castilla y Valencia.
Tras atravesar nuevamente el río Guadalén a los pies del castillo, seguiremos caminando entre monte mediterráneo con encinas, quejigos, coscojas y jaras. Finalmente, retornaremos a Villamanrique entre olivares, a las faldas de Sierra Morena.
En primavera, durante unas pocas semanas, y sin apartarnos del camino, podemos disfrutar de la floración multicolor de una interesante representación vegetal, entre las que destacan más de ocho especies de orquídeas ibéricas.
Gracias a esta riqueza de flora y paisaje también podemos observar una gran representación de fauna: conejos, liebres, perdices, lagartijas, lagartos y culebras. Destacan las aves esteparias, avutardas y sisones y las rapaces, que utilizan este área de gran riqueza para sus cacerías. Podemos observar desde los cernícalos primilla en el mismo núcleo urbano, algún águila culebrera, milanos reales y aguiluchos, hasta algún buho real si tenemos suerte, o incluso el águila real o el águila imperial ibérica"
Febrero del 2025.
"Las personas pasean a su ritmo. La cuesta donde vivimos es pronunciada y hay quienes necesitan descansar unos segundos para evitar fatigarse en la subida. No importa si hace frío o calor, la gente se suele detener a pocos metros de nuestra puerta por situarse en mitad de la pendiente"
Antonio Maldonado Muñoz.
Imprescindibles:
-El trabajo de Moisés González Vélez, publicado en la Revista de Estudios del Campo de Montiel: " Los molinos harineros hidráulicos del Arroyo de la Vega de Santa María (Torre de Juan Abad- Villamanrique, Ciudad Real)"
-La novela sobre Villamanrique que ha escrito Antonio Maldonado Muñoz, su título es: "Azote"
Estupenda ruta, Rosa, con mil posibilidades y una época perfecta para hacerla
ResponderEliminarCierto. Quizás lo larga que es eche hacia atrás pero siempre se pueden hacer tramos y tomar desvíos. El Estrecho de Perete es una rareza excepcional, de una riqueza importante, quizás lo conozcáis, recomiendo su visita. El ya conocido, más alejado, "Pozo sin suelo" y este bosque "interior" que rodea a Montizón. Y luego están estos molinos olvidados y que gracias al buen trabajo de Moisés a partir de ahora obtendrán el reconocimiento que se merecen, dieron de comer a tanta gente¡¡¡¡ En fin, caminar nos descubre a nosotros mismos en comunión con la naturaleza que nos rodea. No dejemos nunca de hacerlo. Muchas gracias por comentar. Un saludo.
EliminarMuchas gracias por acompañar tus pasos con estas palabras. Envidio prácticamente todos tus paseos, pero este más. Un abrazo.
ResponderEliminarEste paseo lo habrás hecho mil veces, estoy segura. De ahí que publiques tu novela porque cuando se ha crecido en Villamanrique el arte tiene que expresarse de alguna manera.
EliminarNunca olvidaré cuando fuimos con tu padre al molino del Marqués, me descubrió un mundo que desconocía y eso fue el inicio de esa búsqueda en el pasado. Muchas gracias. Un abrazo.
preciosismo Rosa que paisajes más bonitos
ResponderEliminarY eso que les falta el verdor del agua que tanto escasea. Esperemos cambien los tiempos. Gracias por comentar.
EliminarDa gusto ver esos paisajes y esa Naturaleza
ResponderEliminarCon ese fin, con el de disfrutar con la vista y demás sentidos, hay que salir a caminar. Gracias por comentar.
EliminarBonita ruta está que as echo, algún recuerdo tengo de sitios que nombras cómo es una de ellas la batanilla,la ruta del Quijote y cómo no nuestro castillo de montizon, espectacular entrada con ese recorrido que disfrutás y lo vives, bonitas frases de nuestro amigo,un abrazo.
ResponderEliminarGracias, como siempre a ti, fiel lectora de estos caminos. Un abrazo.
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