"Hablamos, pero el idioma de los ángeles, el silencio" Y, bruscamente, como si se hubiera enojado. ¿Qué quieres que digamos? ¿Que es hermoso, que nuestro corazón tiene alas y quiere volar, que vamos por un camino que lleva al Paraíso?"
Kazantzaki.
A menudo creemos que los parajes más hermosos se encuentran lejos de nosotros, sin embargo, a la par que se introduce en nuestros campos la primavera, podremos dejarnos deslumbrar por lugares recónditos fuera de los tradicionales caminos, maravillas excepcionales como ésta que hoy les traigo. He ido hacia este "lugar en el mundo" en varias ocasiones, en estos días unas cuatro veces, siempre con el temor a una caída y el desencadenante, si sé que un paso en falso traerá consecuencias, no seguiré adelante. Sin embargo ayer mañana, con las primeras luces, y tras una noche que nos regaló de nuevo la tan ansiada lluvia, me decidí a intentarlo, necesitaba ver lo que había al otro lado. Me explico, hará unas dos semanas hice el camino de la Fuente del Lobo desde Puebla del Príncipe que también nos lleva hasta este paraje, un precioso recorrido que permite observar en toda su totalidad los diferentes cortados que precipitan al final en la cascada y un paseo, intenso, por un bosquete casi impenetrable, con una riqueza sin parangón, a la par que un aumento del riesgo de caídas. Solo por fotografíar la naturaleza en estado puro, sin contaminantes. Eso es el Pozo sin Suelo, mas allá de un precioso salto de agua, por supuesto estacional, solo mana con la lluvia intensa. Al final cuando te acomodas junto a la cascada no puedes verla porque unos arbustos te la tapan, una perfecta protección, por eso necesitaba verla desde el otro lado. Y este es el resultado de este viaje, corto pero intenso.
Podemos dejar el vehículo junto a la carretera que une Villamanrique con Puebla del Príncipe. Como ahora después verán ni deben meter el coche en el camino de acceso, se encuentra en malas condiciones (lo que a su vez "salva" al paraje) ni tiene sentido, porque admirar la naturaleza siempre será nuestro objetivo.
Pasaremos por el cortijo del Colmenar Grande.
Los topónimos, sabios elementos de la tradición, vienen a referirnos, en este caso concreto, que un colmenar era, junto a los recursos de la agricultura, ganadería y caza, uno de los aportes fundamentales a la economía tradicional en la vida de nuestros antepasados.
A nuestra derecha el río-arroyo "canta" con su movimiento agitado tras las intensas lluvias.
El agua que alimenta la cascada proviene de dos arroyos que circulan por las Navas de Pichardo, uno de ellos nace en la fuente de los Navarros. Más adelante, creo que a esta altura, se le vienen a unir las de la fuente del Peral.
Esta mañana parece más que un arroyo un auténtico río.
En una anterior visita traspasé por aquí y fui recorriendo una húmeda vereda en la que descubrí unas señales para pasar a la otra orilla, sendero que en el último momento dejé porque el agua, con su fuerza, había excavado la pendiente.
Será un recorrido corto, con ligero desnivel y con música natural por parte del arroyo.
La primavera ya ha llegado, aunque vosotras las papilonaceas, sois las terceras que veo. Las más madrugadoras habrán sido las orquídeas gigantes.
Como les dije anteriormente es un recorrido para hacerlo exclusivamente a pie, por suerte para la naturaleza.
Una Orchis morio. Les recuerdo que las orquídeas no deben arrancarlas, están protegidas. Gracias.
Dentro de unos días el Verbascum o gordolobo emitirá sus preciosas flores amarillas.
Recordemos que es el camino el principal protagonista de cada excursión, él se abrirá a un ramillete de elementos que nos darán parada y fonda en cada paraje.
Es curioso como los líquenes se adhieren a los troncos agasajando a los árboles con humedad. Una simbiosis perfecta que proporciona oxígeno y frescor.
El milagro de esta cascada, que vemos por primera vez, es que se ocasiona a partir de dos arroyos. La salvedad está en que es estacionaria, depende de la lluvia, que sea abundante. Cesará el estruendo de esta mañana en unos días, se irá apagando lentamente, nos quedará su recuerdo en la poza sin fondo, en los cortados, en el bosque puro que se adhiere al paisaje.
Si no podemos guiarnos por el ruido del agua, sepamos que justo cuando el camino termina al entrar en un olivar, a la derecha, como un balcón natural, encontraremos las señalizaciones que ha ido dejando el dueño de este paraje. Sabias muestras para hacernos más cómodo el trayecto. Eso sí, no aptas para todos los visitantes. Les recuerdo que es mejor observar desde el mirador que adentrarnos en un sendero cuya pendiente puede tentar a nuestro equilibrio.
Hace unos días busqué desde el paraje de la Umbría del Peral el acceso, por la parte derecha de la cascada a este rincón. Justo enfrente, en esos límites que rozan el cielo, estuve. Campo a través hubiera llegado pero comenzó a llover.
Excepcional recorrido marcado por este joven que convierte en una hazaña, más propia de otras zonas, esta aventura. Cuánto esfuerzo y dedicación, admirable.
Un bosque en estado puro, un aire enriquecido por la humedad, todo es sensorial en extremo, el olor del tomillo, de la mejorana...
"En la naturaleza está la preservación del mundo"
Thoreau.
Por la senda que les hablé al principio, en la otra orilla del arroyo, se accedería por aquí.
Jaras que aún no han explosionado, olivos en estado salvaje, chaparros, álamos...conforman esta maravilla.
Pero también la repoblación que con tanto acierto está llevando a cabo el joven que nos ha permitido acceder al corazón de este paraíso.
Conforme nos acercamos, veremos madroños y otros arbustos que van tomando forma junto a los rosales silvestres, algunas madreselvas, majuelos...
Villamanrique no es solo un pueblo bajo el peso de la historia y sus monumentos, es serranía agreste, sin tocar, montañera en su pico SanCristóbal. Es también tradición, son tantas las ramas de este "árbol" que cuesta no quedarse atrapado por sus raíces.
Quisiera poder transmitirles el rumor fiero de sus aguas, pero que una imagen les ayude a recrearlo.
Aquí me quedaré un buen rato en las soledades de piedra y agua, de naturaleza en estado puro.
Tienen suerte los álamos blancos de ser partícipes de la eclosión del torrente.
Tal y como se nos escapan los días de nuestra vida, el agua se nos parte en busca del Guadalén.
Membrillos como seto, como escudo.
Regresaremos, con precaución, por el mismo camino.
Se me va abriendo el cielo.
"Hoy he crecido más alto por caminar con los árboles"
Karle Wilson Baker.
Admirable este laborioso trabajo.
Volvemos a discurrir por los senderos que aportan ganancia al alma y querencia por la naturaleza.
Una mirada hacia atrás nos permite admirar las dos alturas de esta cascada.
Nos detendremos a ver la silueta de Villamanrique.
Cistus albidus, a pesar de ser rosa, tu nombre es jara blanca.
Contigo parto de este viaje hacia lo más recóndito de estos parajes que encierra la serranía de un pueblo mágico.
"A las jaras nos gustan los vientos porque nos acarician y refrescan. El soplo del ábrego es el más impactante, anuncia la lluvia en nuestro ecosistema. Las jaras sentimos un ligero azote con su llegada..."
Antonio Maldonado Muñoz.
Dentro de las diversas acepciones de la palabra azote encontramos: Aflicción, calamidad, castigo grande.
La culpa y la pérdida van de la mano en esta intensa obra. Belmontejo de la Sierra y sus gentes son los protagonistas de ella. El pueblo con su extensa serranía abraza cada vida que se pierde. La ficción de esta novela se vuelve realidad tras la lectura. Aunque solo nos parezca reconocible la figura entrañable, que entra y sale de los escenarios, de Gregorio, el padre de Antonio, cada personaje se nos entrega de tal manera que se vuelve real como la jara que los recibe tras la muerte.
En "Azote" hay tristeza, por las pérdidas, por un algo que nunca se cumplió, porque los sueños se quedan en eso, en un fracaso a pesar del intento. Solo Amalia parece escapar a esa "muerte" que lacera cada alma y sin embargo el dolor de tantas pérdidas la hace sentirse muerta en vida, ¿merece la pena sufrir?
Quizás lo que más me ha llamado la atención de este libro sean las voces de quienes caminan por sus páginas, cada protagonista dicta su propio capítulo. Eso lo hace particular a mi vista, porque precisan de narrarnos su historia. Es como si Antonio les abriera la puerta para expresarse, como si antes nadie lo hubiera hecho, porque al fin y al cabo el azote que nos golpea, que nos da la vida, nos hiere en menor medida si podemos expresar nuestros sentimientos. No hay vacío en estas vidas, hay regalos y hay penurias, hay amor, pasión desenfrenada pero también desazón y culpa. Y se establece entre ellos una interacción, porque al fin y al cabo en un pueblo todos se conocen. O creen conocerse.
He escrito estas palabras con la intención de expresar lo que he sentido al leer "Azote" porque el viernes, a las 18:30 h., nuestro Antonio, amigo y creador de versos e historias, presentará en la biblioteca de Torre de Juan Abad su obra. No hay mejor lugar para él que allí donde miles de libros, compañeros en la senda donde habitan las palabras escritas, le esperan con los brazos abiertos. Y tras entre encuentro le seguirán otros en los que el autor irá desgranando a los lectores los entresijos de un pueblo que precisa del reconocimiento que se merece.
Les entrego un fragmento de cada capítulo con una imagen que he ido buscando por este Villamanrique o Belmontejo de la Sierra que tanto amo. A cada pasaje le he intentado ofrecer su lugar.
BAJO LAS PERSEIDAS.
"...Llegué al pozo. Era el momento de caer al otro lado del espejo. No bastaba con saltar, aunque no supiese nadar. Don Marino nos había hablado de las masas y las fuerzas. Busqué la piedra más grande de los alrededores. Me tranquilizó comprobar que ya había desaparecido todo mi mal..."
ANIMALES.
"...Jaras, cantueso, tomillo, romero y espliego nos rodeaban. La unión de los matorrales componía un perfume del que nos adueñábamos en cada respiración. Las palomas torcaces, abubillas y un pájaro carpintero se encargaron de componer la melodía a la tarde..."
LA MEMORIA DE ALBERTO.
"Cada día cruzaba el estrecho puente sobre el Arroyo de los Perros para ir al tajo. A la vuelta aumentaba su tamaño como si los viandantes alimentásemos al viejo viaducto con nuestra energía. El nombre del arroyo se debe a que, desde que el pueblo es pueblo, la gente arroja por ambas orillas los cuerpos inertes de sus cánidos..."
VÍCTIMAS Y VERDUGOS.
"...Doña Amalia nos ofreció un cuartucho con dos poyos, uno a cada lado de la chimenea. No había nada más, ni siquiera un simple ventanuco. Aquella habitación tan parecida a una cueva rozaba el corral de las ovejas y olía a su basura, mojada durante aquellos días en los que el agua jugaba a ser suelo..."
HISTORIA DE UN LIBRO.
"...el cementerio es el lugar más visitado del pueblo. Siempre se acude con cierto pesar, aunque hayan transcurrido varios años desde la pérdida de los seres queridos. El camposanto se encuentra a unos quinientos metros al norte del casco urbano, comunicado por un paseo a modo de cuesta abajo para reflejar el rápido tránsito de la vida..."
LA VIRGEN.
"Los caños de Belmontejo dan las mejores aguas de los alrededores. El agua baja directamente desde la sierra y es tan fresca y saludable como su aire. Se trata de un regalo para las gentes del pueblo..."
CONSTRUCCIÓN.
"Permanecía encaramada en el andamio, frente a mí observaba un primer plano de la sierra y un aire con intención de refrescarme. Mayo de dos mil veintidós nos había traído un par de olas de calor y por fin comenzaron a bajar las temperaturas. De hecho, se anunciaba lluvia para el próximo día. Sin embargo, se adelantó varias horas. En la naturaleza es muy difícil encontrar la precisión, como ocurre en tantos aspectos de la vida..."
AMALIA.
"He superado los cien años, pero no de soledad. Desde siempre he despertado el querer a mi alrededor. El cariño recibido por la gente del pueblo ha constituido un algodón permanente sobre mis profundas llagas. Lo he intentado devolver, nunca me han temblado los pulsos a la hora de ayudar o dar limosnas a quienes las hayan necesitado..."
LÁDANO.
"Soy una jara, Cistus ladanifer...
...mi savia también es la sangre de la sierra y se seca si dejo de sentir el primitivo pulso de la roca madre...
Por fuera me impregna una sustancia pegajosa, el ládano. Se trata de un aceite muy oloroso que me proporciona un aspecto brillante, casi resplandeciente cuando aprietan los calores del verano. Parezco una humilde diosa en el Olimpo de la sierra...
...allí, entre los olores de las jaras y los cantuesos las almas acaban liberándose de los azotes que han recibido..."
LA MUJER CIERVO.
"La primavera manchega es una antesala del verano con migajas del reciente invierno. Con frecuencia contamos con varios días de lluvia desde finales de marzo hasta abril. Vienen seguidos por días calurosos, asfixiantes si ha llovido recientemente. En estos casos, el suelo parece estrangularnos con sus cálidas manos de aire. Es más, en un mismo día parecen alternarse circunstancias climáticas de las cuatro estaciones. Como consecuencia de la astenia primaveral hasta pensar me resulta complicado. Me convierto en una mera espectadora de la vida y ejecutora de mi trabajo. El ritmo tan ágil de las horas, junto con la variedad cromática de los paisajes, emboba a quienes prestamos atención a los colores del campo..."