miércoles, 26 de junio de 2024

"LAS POSADAS DE VILLAMANRIQUE" POR PACA JIMÉNEZ MUÑOZ

 





"Mis queridos lectores haciendo un recuento de la historia y hechos convividos con los villorreños me vienen a la memoria las POSADAS, por eso voy a relatar las que yo he vivido en mis días de niñez y juventud y devolviéndoles la importancia de que por entonces tenían.

El término de posada significa establecimientos de albergue, para hospedaje de viajeros y que disponían de instalaciones para alojar todo cuanto les acompañaba: carros, caballerías y demás hato. El nombre "POSADA" es una derivación de pausar, parada o reposar.

A lo largo de la historia la tipología de alojamientos en España ha sido muy variada, posadas, albergues, fondas, pensión, casas de huéspedes...Los pueblos de una u otra manera darían cobijo y alimento a los viajeros, a algunos literatos como Quevedo y hasta a la mismísima Santa Teresa que nos han dado detalles de cómo eran las posadas y hasta las peripecias que sufrieron en algunas de ellas.

Su origen hace referencia al peregrinar hacia Nazaret de María y José, después de ir de puerta en puerta en busca de alojamiento, para dar a luz en Belén a Jesús.

Conviene recordar que para el cristianismo las posadas adquieren título de Obra de Misericordia:"Dar posada al peregrino"




En mis recuerdos de añoranza estaban las POSADAS de la hermana Aniceta y frente a ésta la de la Hermana Felisona, y haciendo trébedes la del Hermano Cayetano, todas ellas casi juntas y esta calle se la conocía como el Callejón de las Posadas. Hubo también otra en el Pilar Viejo y se la conocía como la de la hermana María la Visita.

Las posadas eran unos caserones muy grandes con una cocina enorme y disponían de 4 o 5 habitaciones y cómo no, muchos corrales y cuadras para poder albergar los carros y los animales, porque coches entonces no había.

En las cocinas se guisaba con lumbre porque tampoco había gas butano para cocinar y en ella comían todos los comensales transeúntes, pues había muchos viajantes y vendedores, venían en burros y carros, eran llamados tratantes y arrieros y lo hacían en burros que ellos llamaban rucios, estos eran de pelo casi blanco y muy bien ataviados, con unos albardones muy decorados y unas cabezadas de colorines con madroños.





Eran gentes muy vividoras y venían de la parte de Andalucía y siempre cargados de mercancías que intercambiaban porque el dinero por entonces era escaso y ellos venían cargados de higos, nueces, almendrucos, avellanas y hacían el cambio de un celemín de frutos por un celemín de cereales, ni que decir tiene que había gente que no tenía grano y lo compraban con dinero.

También venían los tratantes con burros y mulas e intercambiaban burro por mula o viceversa o mula por yegua o burro viejo por nuevo, etc...y se desplazaban al campo para ver cómo tiraban del arado o si eran falsos.

Hubo gente que traía madera para vender, conocido fue Biloria que traía madera para hacer armaduras en las casas, entonces Villamanrique tenía muchos habitantes y había mucho trapicheo de todas estas cosas y cada cual ya tenía su predilección por la posada. También venía un hombre con miel y la dispensaba desde una lata grande con un grifo y la vendía por todo el pueblo al pregón de: "A la rica miel"




Recuerdo a dos hombres vendiendo especias, vestidos con pantalón de pana negro y blusa manchega y unas alforjas en donde llevaban las especias y la venta era a la voz de:"Azafrán y pimienta, canela y clavo", creo recordar que venían de Villafranca de los Caballeros y una señora de Madridejos, era una mujer muy dispuesta con su pelerina negra y un mandil blanco y negro de cuadritos manchegos, una cesta manchega con su asa y sus dos tapas colgadas en el brazo y llevaba de todas las especies y muy organizada: las especies de hoja las llevaba en taleguillas de tela y de diferentes colores, de manera que por el color de la tela sabía la clase de especie, las molidas en botes con su tapa y para despachar usaba una cuchara y unos trozos de papel para envolver y el peso lo manejaba con una romana con dos platos dorados y unos tres pesos dorados de una onza, dos onzas o media onza. Esta señora tenía su parroquia ya en el pueblo y era muy conocida y venía tres veces al año pero especialmente para las matanzas porque traía además de lo anteriormente dicho, orégano, alcaravea, cilantro, azafrán en hebra, canela en rama y clavo y con estos trapicheos nos íbamos apañando. Como os cuento todos se alojaban en las posadas, cada cual de su elección.

También célebre y conocido fue el pelliquero Rafael, que venía por las carnicerías comprando pieles de animales. Como entonces el pueblo tenía lo que llamábamos de "El Común" que dependía de la Hermandad Sindical de Agricultores y Ganaderos que adquiría pastos, de manera que un pastor y todo el que quería podía echar 2 o 3 animales (cabras, ovejas, corderos) y el pastor cuidaba de ellos devolviéndolos cada animal a su dueño y por este servicio se pagaba un recibo al mes, de manera que era habitual que los particulares mataran por algún acontecimiento algún choto, cordero...y las pieles se reservaban para el pelliquero Rafael, a la voz de: "El Pelliquero"

Aprovechando la ocasión para describir un poco cómo se desarrollaba la vida diaria, añado a lo anteriormente descrito que también existía el Común de vecinos con los animales, como los cerdos o gorrinos que se decía que el procedimiento con ellos era el mismo que con las cabras. Avanzando en el tiempo venían unos vendedores con víveres de frutas, llegaban en camiones pequeños y traían principalmente naranjas, solían venir a primera hora de la tarde y el punto de venta era la plaza, para darlo a conocer se utilizaba al pregonero y la gente acudía llenándose aquello para hacer acopio de la fruta, de modo que alguna vez tenían que hacer noche en las posadas, de aquí la importancia que tenían éstas.

Hemos de tener en cuenta que en tiempos pasados las deficiencias de los caminos y la seguridad personal tuvieron un panorama desolador y de aquí el refrán: "Ni a pícaro descalzo, ni a hombre callado, ni a mujer barbada, les des posada"

Volvemos a los arrieros que eran gentes muy vividoras y hacían rutas hasta por los cortijos, pues estos no tenían tendido eléctrico, solo se utilizaba el candil y la lumbre y un horno para poder cocer el pan para la semana y el que no tenía horno se las arreglaba haciendo tortas. Era una vida muy humilde y pasaban dos o tres meses sin venir al pueblo y los arrieros eran los que visitaban estos cortijos para surtir de otros productos como la lana, hilo, agujas, cintas de goma, botones automáticos, corchetes y cómo no: telas y otros tejidos como la pana negra o rubia, el dril para las camisas, el lienzo moreno o curado, el cresaten, el crespón, la lanilla, el piqué, el paño, el muletón, el popelín y las cretonas, ¡todos eran preciosos!, unos oscuros para las sayas de las mesas, tapetes del sofá y cortinas y otros con fondo blanco y flores de muchos colores, con pájaros o mariposas y con todas estas telas nos hacían unas batas y baberos, nos íbamos apañando y nos entendíamos muy dignamente, pues reitero que el dinero era escaso y las manualidades estaban a la orden del día, y todo era al cambio, ellos se llevaban: conejos, liebres, perdices, pollos, gallinas, huevos...





Otras de las figuras de antaño eran los traperos, estos venían en dos tartanas y traían lebrillos, tazones, tazas, platos e igualmente la compra era el intercambio, porque nada se tiraba a la basura, se guardaban las pellicas de los conejos o liebres, los alpargates viejos que se desechaban porque estaban rotos, el trapo de fregar el suelo porque entonces no se conocía la fregona, todo esto se guardaba en un cubo viejo para cuando viniera el trapero, a cambio de ellos nos daban un lebrillo o tazón y regateando nos regalaban un trozo de palo. Estas gentes venían de Bailén e iban de posada en posada pasando la noche por estos lares y uno de ellos llamado Miguel se enamoró de una joven de Villamanrique, tuvieron tres hijos y vivió y murió aquí.




Con el transcurrir de los tiempos, las posadas dieron paso a los paradores, eran más pequeños pero más acomodados, fueron célebres los de Isabel y Matamoros y el de Avelino (el de Reca), pero este es otro tema y no quiero cansarles más, y así se cumple el refrán:

"Lo poco agrada y lo mucho cansa"


Un cordial abrazo a todos.


Paca Jiménez Muñoz.




Os dejo un romance sobre el Señor y la posada.



JESUCRISTO EN TRAJE DE POBRE.


"Allí arriba y allí arriba, contra raya de Navarra

Jesucristo anda pidiendo, y en traje de pobre andaba.

A pedir una limosna se ha acercado a una posada:

-Por Dios te pido mozuela, por Dios una jarra de agua.

La buena de la mozuela coge la jarra y se marcha

y grita la posadera: -¿Dónde vas con esa jarra?

-Voy a dar agua a aquel pobre, sentado a su puerta estaba.

-No quiero que beba el pobre en las vasijas de casa;

que beba en los sus pucheros que estarán llenos de sarna

Se ha marchado de allí el pobre y a otra puerta se acercaba:

-Deo gratias, dice a las puertas. Le responden: ¡A Dios dadas!

Un bueno de labrador pronto llamó a su criada:

-Baja limosna a este pobre y ponle la mesa blanca.

El pan se convierte en flores, las fuentes todas de plata.

Los garbanzos brillos de oro que fuera del plato saltan.

El bueno del labrador de puro gozo lloraba.

-¿Cuándo me habré visto yo mejor visita en mi casa

siendo yo el peor del mundo que por estas tierras se halla?

Ya se ausenta de allí el pobre, por las calles caminaba

y en el medio del camino con dos arrieros se halla.

-Dadme una limosna hermanos, mirad que el cielo lo paga.

-Perdone por Dios, el pobre, bien sabe Dios que no hay nada.

Ponte pobre en este macho, y hasta la primer posada.

Ya llegaron al mesón y meten dentro las cargas.

-Pobre, te he dicho otra vez que aquí no te doy posada;

aunque a mi Dios ofendiera, no has de dormir en mi casa.

Le cogieron los arrieros, le llevan para la cuadra.

-Toma, pobre, cena esto, si quieres vete a por agua

que vino no lo bebemos, que el caudal no nos alcanza.

Aquella mala mujer su mala intención pagara.

Por encima de las peñas los demonios la llevaban;

por el aire iba diciendo:-Ay de mí, qué desgraciada,

qué condenada me veo solo por un jarro de agua

que no quise dar a Cristo, que en traje de pobre andaba"


Joaquín Díaz.






18 comentarios:

  1. Estar súper bien explicado, y se aprenden muchas cosas, gracias Paca y Rosa.😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por escuchar estos relatos, me agrada mucho que os guste. Un saludo.

      Eliminar
  2. Esta entrada me ha resultado muy entrañable por recordarme las conversaciones con mis cuatro abuelos. La información de estas generaciones es un tesoro y la memoria de Paca es admirable, ojalá tenga salud para mantenerla muchos años.

    Gracias por dar voz a nuestra historia.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antonio muchas gracias. Me dices que te recuerda mucho a tus abuelos y es que a los abuelos hay que escucharlos y hoy en día poco se hace. Te voy a contar una anécdota que te va a gustar, mi abuelo estuvo en la guerra de Melilla e iba con el hermano Eduardete y nos contaban lo que había pasado en la guerra, por las noches, no había bares ni tanto devaneo y nos contaban cómo estaban llenos de piojos y se los quitaban y los echaban a una caja de cerillas y jugaban con los piojos a las carreras y nos decía el abuelo que Eduardete tenía el piojo más listo, que ganaba todas las carreras. Y nosotros nos reíamos un montón a pesar de que esas cosas eran verdaderas, era una guerra, ojalá tengamos paz que falta nos hace, un abrazo.

      Eliminar
  3. Que bonita y el Romance precioso gracias por estas historias tan bonitas y en especial a Paca

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, los romances los cantábamos cuando éramos jóvenes, cuando íbamos a lavar, a vendimiar, a la aceituna. No había cuadrilla que no estuviera cantando todo el día. Los conservo porque nos encantaban. Gracias, un abrazo.

      Eliminar
  4. Muy bien explicado yo me acuerdo de casi todos y de las posadas sigue explicando que nos gusta revivir esos recuerdos por lo felices que heramos con lo poco que teníamos gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, pues claro que os acordáis, es lo que hemos vivido, esto era España. En todos los pueblos igual, un abrazo.

      Eliminar
  5. Terrinches y la Puebla estuvieron llenos de estos personajes que deambulaban de posada en posada vendiendo higos, miel etc
    El más curioso que recuerdo activo hasta los años 90 fue Miracielos, un comercial con muchas tablas. Merece la pena que se escriba de estos “ tíos de la blusa”, como se les conocía popularmente. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues claro que en Terrinches, en Albaladejo, en todo el Campo de Montiel, había, eran personas muy trabajadoras, vividoras. Me acuerdo de Miracielos que venía con la miel, vendía muchos higos, como el Hermano de la Moliz que venía de la Puebla vendiendo con un saco y una borriquilla, el hombre no podía andar y ademas vendía la piedra moliz en terrón y nosotros la machacábamos para fregar la madera. Con cualquier cosa venían vendiendo para poder vivir, no como ahora, muchas gracias, un abrazo.
      viviendo del cuento, muchas gracias.

      Eliminar
  6. Paca, eres una mina, gracias por actualizar los recuerdos, un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, me dices que soy una mina, me considero una mina vacía, aunque sí que es cierto que tengo buena memoria, recuerdo lo de antes, me ha gustado mucho hablar con los mayores, los sabios de la vida. Un abrazo.

      Eliminar
  7. Gracias por este reportaje tan bonito de nuestrahistoria en Villamanrique yo soy precisamente uno de los hijos de aquella pareja que sale en el reportaje Miguel el trapero y Pascuala tuvimos la desgracia de perder muy joven a mi padre y ami madre le costó muchas penurias para sacarnos adelante soy Jualma el de Pascuala y estoy muy orgulloso de haber tenido unos padres tan luchadores sobre todo mi madre ya que yo solo tenía 5 años cuando mi padre fallecio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha alegrado muchísimo que hayan llegado hasta ti estas historias del pueblo, me acuerdo mucho de estas gentes tan luchadoras, han sacado sus casas con "uñas y dientes", ¡vaya personas tan trabajadoras! y por eso no los olvido y quiero contar sus historias. De verdad que me alegro mucho de que te haya gustado y recordar. Aunque no lo creas guardo contigo un parentesco, muy largo, tu abuela Antonina y mi abuela Antonina eran primas de largo, pero eran como hermanas, como no hay hoy, así que un abrazo muy fuerte. Me acuerdo mucho de tu Alicia, dale un abrazo.

      Eliminar
  8. Vaya memoria la que tienes Paca, si es verdad que todas las personas mayores dicen que se acuerdan más de lo de antes que lo de ahora tú eres una de ellas, me ha gustado mucho todo lo que has contado unas historias reales muy bonitas yo me suelo acordar de algo como cuando estaba el común de cabras y ovejas que llegó a estar también mi tío Ramón, siempre cuando se ha dicho las posadas pues es verdad que nos hemos supuesto de toda la gente que venía de fuera pero ya nos ha sacado de dudas ya sabemos todas las historias, siempre sorprendiéndonos Paca, enhorabuena una vez más por todo lo que nos cuentas que Dios te siga conservando esa memoria un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Francis, por tu comentario. Dices la verdad que nos acordamos de las cosas de antes y es que nos hacemos mayores y ya hemos vivido una vida larga, un abrazo.

      Eliminar
  9. Siempre que escribes sobre el pueblo consigues hurgar en mi memoria y remover cosas del pasado, que andaban ahí difuminadas, aparcadas, escondidas entre tanta información nueva e innecesaria la mayoría de las veces, esperando ser rescatadas.
    Es un don que tienes además de una excelente memoria que hace que leerte sea un disfrute para el alma al revivir, esa parte de nuestras vivencias que nos trasladan a un tiempo muy ,muy feliz.
    Yo también he ido montones de veces a casa de Pascuala , a cambiar huevos por naranjas y he conocido su gran humanidad, hoy sería una mujer emprendedora, en ese tiempo era una superviviente con mucha dignidad, como tanta gente de esa época.
    No dejes de escribir sobre todo lo que recuerdes porque al menos para mí, es un soplo de aire fresco.
    Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto que hablo de mi pueblo, porque lo es y porque lo he valorado mucho. Desde siempre me ha gustado hablar con nuestros mayores sobre las cosas de antes y he tenido buena memoria, las he vivido porque no digo mentiras. Son las gentes de mi pueblo, a las que quiero, que han tenido un valor extraordinario y no se les ha dado mérito a estas personas que han levantado el mundo, no se les ha valorado y está bien que se les de un homenaje por lo duro que han trabajado, es hora de reconocerles. Me alegro mucho que os gusten estas historias, yo estoy aquí para contaros estas historias humildemente, vamos a ver si sacamos hasta los "suelos del arca". Muchas gracias y un cordial saludo.

      Eliminar