sábado, 26 de febrero de 2022

CHOZOS EN EL CAMPO DE MONTIEL



Intentar poner orden a este caos que siempre me acompaña, deviene en que haya decidido ir agrupando aquellas fotografías que aisladamente tienen algo que decir y en conjunto, todo.

Durante estos años de andadura por caminos me he encontrado con esos elementos de un paisaje, el manchego, que tiene mucho en común con otros de distintas comunidades, la tierra, el cultivo, el pastoreo, la naturaleza, en fin, es común y sin embargo también es distinta. Eso siempre conlleva el aceptar el lugar donde vives porque lo disfrutas, al igual que a añorar lo que no ves porque lo has dejado atrás. 

Un ejemplo, el de los chozos, bombos o cucos, nombres diversos, que en mi tierra jienense también se encuentran relacionados con el laboreo, si bien la estructura cambia pero el sentir del pasado, como el contar con un lugar donde guarecerse, por ejemplo, es común a todos.

Lo que más siento es que se pierdan estas magníficas obras, como se pierde en mi memoria los márgenes de ese amplio habitáculo donde nos metíamos a jugar en el descanso de la recogida de la aceituna.

Si con esto, el dejar constancia aquí, puedo colaborar a que no se pierdan, habrá merecido la pena el caminar, el alumbrar senderos que ya apenas se definen, el atisbar en los eternizados horizontes manchegos estos chozos, parte fundamental de la arquitectura rural de nuestros campos.



Buscando literatura acerca de estos chozos, así se nombran aquí, encontré un gran trabajo sobre aquellos cercanos a la Vereda de los Serranos y a otras cañadas pastoriles.
Este en particular, perteneciente a Infantes, no aparece en el trabajo, se encuentra alejado de lo estudiado pero sí junto a tierra de labor.
Además está casi íntegro, un mérito a reseñar en honor a su dueño.




Estos habitáculos se construían con la piedra de los alrededores, piedras que habían salido directamente de la tierra, de ese campo que había que tener preparado para el cereal. El hecho de elevar con estas piedras esta pequeña vivienda me parece sublime. Si echamos la mirada hacia atrás, hacia los celtas, hacia sus castros, podemos reconocer que en el tiempo perduran las sabias enseñanzas.
La construcción no era fácil, admirable la habilidad de esas gentes, anónimas, que los levantaron.
Pero lo que más me llama la atención de este chozo son sus inscripciones.
















¿Pero cómo te construían?
Os dejo aquí parte del artículo de Santiago Valiente, servirá de base para entender otros chozos o bombos que iré colocando en esta entrada.
















Estos palos que probablemente sean de enebro o de sabina, por lo que se puede apreciar, servirían además de para concluir la bóveda, para colgar útiles, ya que no se observan poyos ni repisas en el interior. 




Pero como toda andadura en nuestra vida puede ser ilusión, porque se cae, lentamente, pero se va cayendo.



Enmarcado en este paisanaje de tierras rojas que dan protagonismo a Infantes o a Almedina, este chozo, porque así son nombrados en mapas antiguos, perdurará en el tiempo, espero y lo deseo.


Imprescindible:

-"Bombos" y diferentes chozos de la zona Este de Valdepeñas (Santiago Valiente Cánovas)


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