Hoy nos trasladamos hasta este pueblo para dejar constancia de cuánto ha cambiado.
Lo haremos gracias a este detallado plano cuyo autor, Manuel Fernández, topógrafo, realizó el 31 de julio de 1885.
¿Qué calles existían entonces? Entre paréntesis os añado su nombre actual, para aquellas que cambiaron.
La de las Parras (Canónigo Bellón) Juego de Bolos (Callejuela) Horno (Reyes Piqueras), de los Dolores (José de Lamo), Cantarranas (Maestre Rodrigo), Nueva (Ramón y Cajal), Pilar (Fulgencio Fernández y Ancha), Olmo (Antonio Manzano), Tercia (Cervantes), Grande (Jerónimo Frías), Aire (Maestro Cabrera), San Sebastián y del Osario (hoy Huesario)
Callejones: Juego de Bolos, Horno, Pilar, Olmo, Iglesia y Jinebras (hoy es continuación de la calle San Sebastián).
Una única plaza, la de la Constitución.
Una ronda, la Bolea.
Y un arroyo, el de los Perros, donde hoy vemos la calle Abrevadero.
Además de la iglesia existía una ermita en ruinas, la de San Miguel, en la calle Grande.
Y el cementerio adosado justo detrás del templo parroquial, al norte.
Y ninguna calle más.
Recordemos que los nombres, el arte de la toponimia, siempre nos dirán más de lo que esperamos.
Era habitual que en los pueblos existiera una calle Bolea que generalmente estaba a las afueras, donde se jugaba a los bolos.
Recordemos que existían dos hornos, remontándonos siglos atrás, y uno de ellos se encontraba junto a la ermita de San Miguel.
En la calle de los Dolores imagino que se situaría la desaparecida ermita que llevaba este mismo nombre, al igual que San Sebastián.
La del Osario, por su relación con el cementerio.
Parras, era habitual ver en nuestros pueblos esta planta en las fachadas.
Olmo, como en la cercana Puebla o en Albaladejo, árbol habitual en estos lares, tan necesario no solo por su agradecida sombra también para elaborar vigas, aperos de labranza...
La Tercia como el Horno, reminiscencias de aquellos tiempos donde la Orden de Santiago administraba sus territorios.
Muchas gracias. Entre otras cosas admiro tu capacidad para sorprender, como has hecho con el trabajo de esta entrada. Un abrazo fuerte
ResponderEliminarYo le llamo imaginación, lo único que no he perdido en el camino. Muchas gracias, te mereces tanto. Un abrazo.
EliminarEs interesante ver lo pequeño que era el pueblo en esa época.
ResponderEliminarCreo que la calle Juego de Bolos, que con el tiempo perdió la mitad del nombre y se quedó solo con Bolos, siempre ha sido la que enlaza Jerónimo Frías con Callejuela, y está a su vez, siempre se llamó Callejuela.
El Arroyo de los Perros, sobre todo en la parte baja de la ,ahora, calle Abrevadero, era muy profundo, en el se tiraban perros y gallinas muertos y todo tipo de desperdicios, ahora me sorprendo que no hayamos cogido infecciones de todo tipo , porque las niñas y niños del barrio, jugábamos dentro del arroyo sin ningún problema con el enfado correspondiente de nuestras madres cuando nos descubrían.
No sólo había inmundicia y animales muertos, también había gallinas que saltaban de los corrales buscando comida y ponían sus huevos y hacían sus nidos entre las hierbas del arroyo y era un espectáculo ver en un lugar tan sucio los pollitos recién nacidos tras la madre.
Este tipo de comentarios-recuerdos son los que necesito en el blog, que abráis vuestra memoria a aquellos años para que nunca se pierdan, muchas gracias, un abrazo.
EliminarRosa bonita entrada...por ser yo un poquito mayor recuerdo bastantes cosas como lo de los hornos lo de la plaza me han traído muy bonitos recuerdos a la memoria sigue recordandos todas las cosas que puedas lo haces genial un abrazo.
EliminarGracias Paula, de eso se trata, de devolver recuerdos, un abrazo.
EliminarMadre mía se me amontona el trabajo no sabía de estas entradas esto de Villamanrique es precioso no me había metido hasta hoy y ya he visto todo lo que has escrito orgulloso tiene que estar Antonio como nosotros de él en ese día tan especial que lo recordaremos siempre presentando su libro y tú dedicándole está bonita entrada.
ResponderEliminarMadre mía qué bonito yo recuerdo algunas cosas cuando íbamos a la fuente a por agua y la Casa de la Tercia antes de hacerla nueva algunas cosas si las recuerdo preciosa entrada Rosa sobre nuestro pueblo mi enhorabuena una vez más lo haces genial un abrazo.
Vuestro pueblo es una maravilla, tiene mucho de "cantera", mucho por estudiar. Un abrazo.
EliminarQué buen artículo, jejejeje, muchísimas gracias a quien lo haya hecho que no se quien es. En este plano aparece la calle donde nació mi abuelo Juan Luna Rubio, en la calle Cantarranas. Hijo de Francisco Luna Carrasco y de Prisca Bernabela Rubio Selas. A mi que me gusta tanto la genealogía y estas cosas me ha encantado. Gracias al autor y si necesitas hacer algún artículo sobre apellidos familias...
ResponderEliminarAquí estoy. Pedro Luna Pérez.
Buenos días Pedro.
EliminarA la derecha, arriba, ves mi nombre. Conozco bien a toda vuestra familia y sé de tus estudios, así que cuando quieras me envías ese artículo, estaré encantada de publicarlo aquí. Y muchas gracias por tu aportación. Un saludo.