"Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin"
Tagore.
Comparo la vida con los peldaños de una escalera, ascendemos por ella en cada etapa, a veces nos detenemos; otras, bajamos hacia el inicio pero también caemos. El final, desde arriba o desde abajo, es el mismo, lo que nos hace diferentes es la manera en cómo tomamos las decisiones diarias.
Hará una semana regresé a ese mirador que me asoma a los confines de los barrancos de Almedina, no tenía la intención de volver allí, fue la casualidad. Evito aquellos lugares que te enganchan de tal forma que te anulan otros que deseas ver. Ahora volveré de nuevo a comprobar cómo los trata la primavera, el efecto de las lluvias sobre la arenisca, a sentir cómo el viento te empuja hacia el abismo y te reta a perder el equilibrio.
Y fue mientras contemplaba el paisaje que recordé que para hoy día 20 de abril ya haría un año de la pérdida de mi amigo Miguel Mesa Molinos.
Si alguna vez se han preguntado qué nos motiva a ascender montes creo que una de las respuestas debe estar en ese "poder mirar más allá", el de traspasar los límites atemporales en los que estamos habitualmente circunscritos.
En Miguel prendió la "llama" del Campo de Montiel, desde su Jaén natal nos fue regalando sucesivas entregas en su blog (El chilanco Elías) en los que supo ver, más allá, lo que cada monumento, cada molino, cada puente o cada camino nos decía. Hay artífices de las palabras, pero también los hay de los hechos, contadores de historias que traspasan la línea del tiempo. Fue ingeniero y pastor trashumante ,entre otros oficios, nos legó una suerte de trabajos que le perpetuarán en la noche de los tiempos. pero por encima de todo fue amigo de sus amigos, tuvo tiempo para todo aquello que pudiera arrancar una sonrisa en los demás. En esa última etapa de su vida, en ese peldaño dañado, la vida le trató mal, a él que tanto dio sin esperar nada a cambio. Y sin embargo no hubo quejas por su parte.
Quede aquí mi recuerdo y admiración por tantos trabajos que realizó en su recorrido. Quédense con cualquiera de ellos, como ejemplo, el siguiente. En este enlace entrarán a su blog, su legado. Al final encontrarán las huellas de sus pasos, busquen y empápense de la sabiduría de un hombre que supo alimentarse de una inquietud diaria por conocer lo que acontecía, lo que aconteció.
Un año ya sin Miguel. O mejor dicho, con Miguel viviendo en nuestros recuerdos porque su voz inconfundible, su sabiduría, su entrega y el trabajo de su blog serán difíciles de olvidar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre recordaremos a Miguel, ese hombre bueno que lo daba todo. Y nos quedarán sus actos y todos los artículos que dejó.
ResponderEliminarMIGUEL...En mayúsculas nuestro amigo Miguel siempre estarás en nuestro corazón porque como decía san Agustín no te has ido estás en la habitación de al lado, qué legado más bonito nos dejó quien lo hemos conocido que bella persona era, un bonito recuerdo del campo de Montiel entre tantos recuerdos de él, allá donde estés tienen que estar alegres contigo, siempre estarás con nosotros amigo un beso al cielo, un abrazo para ti Rosa por ese corazón tan grande que tienes
ResponderEliminarMiguel Mesa fue un hombre extraordinario al que pude conocer gracias a ti, Rosa. Fue un día inolvidable el que pasamos en Alcaraz, aprendiendo y disfrutando de su buen carácter y de su sabiduría. Un bonito recuerdo para Miguel, cuyo blog es un reflejo de su maestría y su enorme capacidad cultural y de investigación. Un abrazo.
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