"La historia es un incesante volver a empezar"
Tucídides.
Esta es la historia de un viaje que he hecho en innumerables ocasiones, el comienzo podemos marcarlo en el cementerio de Puebla del Príncipe, cercano aparcamiento para el que será nuestro primer camino, el del Collado.
Como no es mi intención repetirme, os invito a volver a leer la entrada: De la Puebla a Terrinches por la Cañada Real de Andalucía, hasta que estemos en las laderas de la Cabeza del Mijo (1.018 m.), serán los mismos pasos, pero como veis, será distinta luz, siempre lo es.
Entre varios motivos, hay dos que merecen la pena ser observados a temprana hora, la luz que va tiñendo de un anaranjado único los campos y el vuelo de los milanos reales que, no sé el motivo, acuden del este y van hacia la Cabeza de Juan Idáñez (979 m.), monte que veréis junto al Yesero (984 m.), único vértice geodésico de Puebla.
Allí se juntan y comienzan, me gustaría pensar fuese un ritual, a sobrevolar las rocas que cimentan las bases de todas las Cabezas que se yerguen por estos campos. Porque Puebla es por encima de todo un pueblo montañero, aunque no os hayáis fijado. En este blog voy mostrando los caminos que llevan a estas elevaciones, nunca propiedad de un solo término, las sendas nos llevan a "Santacrucico" (Santa Cruz de los Cáñamos), a Terrinches, a Almedina, a Villamanrique. Ascender a ellos, a sus montes, para admirar los límites difuminados, porque aquí arriba todo es campo sin excepción, donde acuden los nombres para ser recordados, lástima que no sepa todos, pero será nuestro mejor y más amplio mapa para señalar los accidentes topográficos.
En el inicio de esta aventura siempre me detengo en el arroyo Santa María, a veces llega con agua hasta bien entrado junio.
Una vez remontado nuestro camino del Collado y avanzando hacia ese corredor tan histórico llamado Vereda de los Serranos podemos ir admirando la silueta amesetada de la Cabeza del Mijo.
Entre distintos montes nos fijaremos en Las Dos Hermanas (973 m.)
En el visor topográfico (geamap) hay un error, citan como Cabeza del Mijo a este monte cercano. Con esta entrada trataremos de conocerlos en superficie, como ha de ser.
Ya estamos en nuestra Vereda de los Serranos, también llamada Cañada Real de Andalucía, nos fijaremos en los indicadores de Ruta del Quijote.
Siempre remito a los distintos artículos que nos enseñan a comprender, esta parte es a su vez vía romana, el llamado"camino de invierno". Si conocéis el yacimiento de La Ontavia, en su margen derecha discurre la "vía de verano", Camino de Aníbal. Es fácil comprenderlo, por la menor altura, por los arroyos que en invierno derramaban sus aguas e impedían el tránsito de gentes. Si habláis con pastores os podrán contar el enorme trasiego para ir a mi Andalucía.
No es el único caso en este Campo de Montiel, si habéis hecho el Camino viejo de Almedina a Puebla, a nuestra izquierda, a considerable altura y a tramos paralelo, disfrutaréis de un espectacular camino que une ambas poblaciones, siempre con el Charco del Gitano como hito intermedio.
Tramo del camino entre Almedina y Puebla.
Pero sigamos con nuestra ruta de hoy, en algunos tramos del Campo de Montiel nuestra vereda alcanza hasta los 75 m. de anchura (Castellar de Santiago) Por esta zona por donde discurrimos hoy comprobaremos que hay tramos estrechos, el de la anterior fotografía, y otros como este que gracias a los pipotes podremos hacernos una idea de cómo eran antes. Señalar que siguen pasando los ganados trashumantes, es decir, permanece su función de origen.
Fijáos en este punto exacto pues será por donde ascienda al Mijo, es la zona menos inclinada de este monte.
Saber que estamos ante un yacimiento de la Edad del Bronce. Desconozco si pertenece al Bronce Manchego (1.700 a 1.200 a. C.), y si se trataría de una morra o un castillejo, es decir, asentamientos en distintas lomas de altura.
Probable chozo de pastor. Reutilizado probablemente, qué gran vigía al paso de la vereda.
La vegetación predominante es el olivar, que llega a bastante altura, la retama, el tomillo...y abundante hierba que hace difícil el transitar por algunas zonas. Es curioso que comparando con otros montes, aquí
resulta complicado ver por donde pisas.
La Sonera (999 m.), frente a frente, separada por la Vereda de los Serranos. Tras ella y Las Cabezas, Puebla del Príncipe.
Vemos Almedina, el Charco el Gitano, manantial que nunca se seca y que da nombre a este inmenso paraje (que llanea a su alrededor) y a un camino que parte de Almedina y a un sendero que viene a morir a la vereda.
Nuestra vía sigue hacia Terrinches, imagino que debe verse el Castillejo del Bonete (yacimiento que recomiendo a todos que conozcáis) El Pico de Cigüeñas a nuestra izquierda.
Señalar que cuando la vereda asciende para atravesar Los Robreos, observaremos un tramo bien conservado que merece la pena ser visitado, además de unos corrales muy sugerentes.
Los "corrales" de los Robreos.
Seguiremos sorteando piedras de diferentes tamaños imaginando cómo pudo ser el circuito del poblamiento prehistórico.
Sin olvidar que a esta altura todo es un espectáculo visual, un mapa en círculo.
Las Dos Hermanas, nuestra comparativa de hoy; el cortijo de La Cerrada, montañas de Albacete, como Sarga-Padrón, Cambrón o el Yelmo de Segura (Jaén).
Os dejo con la visita.
Una temprana Erodium cicutarium.
Sin embargo, a vosotras, Iris latifolia, es fácil veros a buena altura soportando fríos, sobre calares.
Desciendo campo a través hacia el siguiente monte, Las dos Hermanas.
Es imposible perderse, están frente a frente.
Tomaré la senda de la derecha.
Es una ascensión muy fácil.
Como en un badén, iremos a ambos extremos.
Cabeza del Mijo.
Aquí me senté un buen rato, al fondo el camino que llanea entre las huertas de Cervera y el antiquísimo cortijo de La Cerrada.
Como podéis comprobar, dada la escasa superficie en llano que presenta este "doble" monte, no sería posible un poblamiento prehistórico.
Descendemos dejando a nuestra derecha el Mijo e iremos dirección Puebla.
Os llamará la atención ver señales de ser este camino parte de un pequeño recorrido, se trata del PR-CR 18 (Ruta arqueológica de 23 km) que nos lleva desde Terrinches hacia el castillejo del Bonete y La Cabeza del Mijo. Este pueblo cuenta con tres senderos bien señalizados que merecen la pena ser recorridos.
Si fuésemos por nuestra izquierda seguiríamos la ruta señalizada, pero nos vamos hacia nuestro punto de inicio, a la derecha.
Una última mirada hacia atrás.
Las huertas de Cervera. Recuerdo el manantial junto a un enorme paraíso, hoy en día está el paraje tomado por la vegetación.
Llegados a este cruce recordar que a la derecha iríamos a nuestra ruta de hoy; a la izquierda, siguiendo la vereda llegaríamos a la carretera de Terrinches y atravesándola nos encontraríamos con la Vía de Aníbal. Al frente, volvemos a Puebla.
Recuerdo que este día hice cerca de 14 km. Sin duda un viaje imprescindible e histórico.
El mapa donde aparecen mal indicados nuestros montes.
4 de febrero 2023.
Buenos días Rosa. Gracias por este nuevo regalo de tu conocimiento sobre el terruño que, nos incita a volver sobre tus pasos y abrir los ojos para admirar los mismos paisajes y señales.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Esteban Rodríguez
Fíjate, Esteban, que he ido veces y nunca lo he visto igual. Casi siempre ha sido en verano, para ver amanecer en el camino. Insisto, me lo permites, en que es complicado caminar por la cima, creo que desde abajo, rodeándolo por la vereda nos puede bastar. Hay otros montes más accesibles cercanos que nos darán idea de lo que aquí se pudo "cocer" hace siglos, siempre mirando hacia el pasado, para entender el presente. Gracias, amigo.
EliminarUn paseo visual delicioso; queda pendiente hacerlo pronto y disfrutar. Javier Campos
ResponderEliminarGracias, Javier. A veces pienso que necesitaría otra vida tan solo para poder conocer a fondo esta parte del Campo de Montiel, pues los fines de semana son los que me prestan esta excusa para adentrarme por los caminos "viejos" los que intento mostrar y aquellas sorpresas que surgen tras sendas por las que me voy metiendo, siempre buscado otra perspectiva, intentando entender cómo fue que se asentaron numerosos grupos alrededor de estas vías de comunicación tan transitables desde la prehistoria. Soy como una alumna de primer curso que quiere ir aprobando la asignatura a través de la práctica en el camino. Observar y entender van de la mano. Muchas gracias.
EliminarBueno Rosa llegó el momento de comentarte eres una caminante nata, cuánto vamos a aprender contigo si tuvieras tiempo no había rincón de la geografía que no nos hubieras enseñado, enhorabuena y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAunque tuviera tiempo jamás conseguiría ver la gran mayoría de rincones que tenemos cerca, solo con eso me conformaría. Un abrazo.
EliminarOtro encantador paseo por estos campos de Montiel. Qué envidia. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGracias a ti, Jesús, por leer estos paseos que tratan de hacer ver que el Campo de Montiel es especial.
EliminarUn nuevo reportaje, un nuevo camino a recorrer y unas fotografías y unos textos incitantes a seguir las rutas que nos muestras, o por lo menos, a conocerlas a través de este blog indispensable. Saludos, y enhorabuena una vez más, Rosa.
ResponderEliminarSolo quería mostrar que al caminar también se hace historia, un abrazo, amigo.
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