viernes, 22 de octubre de 2021

CIRCULAR POR LAS CABRICERÍAS (ALMEDINA)

 



Sí que parece algo irreal, como un sueño, pero la tarde se presentó con esta gama de colores y Almedina, su territorio, hizo el resto.
Y esto me lleva a plantearos que me acompañéis por una ruta circular, de dificultad media, quizás con algo más de dos horas de duración, con posibilidades varias de poder alargar o acortarla según las inquietudes de cada uno.

El inicio y el final en el mismo punto, recordar que es circular, en el descansadero de la ruta del Quijote que hay cerca de la gasolinera, a la entrada del pueblo, cruce de carreteras hacia Puebla y Torre de Juan Abad. 

Aparquemos a la sombra de los pinos y crucemos la vía en dirección a Torre, enseguida, a mano derecha está nuestro sendero, pasaremos por las "chinas del pastor" y nos haremos pequeños gracias a ellas y a un muro que parece introducirnos en un tiempo remoto, no obstante es hora de recordar que estamos en un paso importante romano. Veremos más adelante restos de calzada en su pequeño y bien tratado puente. A nuestra izquierda, enorme, las Cabricerías, un laberinto de rocas gigantes dispuesto a la aventura.



Ya metida en detalles, aquí tenéis las famosas "chinas del pastor"



Es una paseo delicioso que entre piedra y vegetación nos conduce al corazón de la Almedina romana.







Nos encontraremos con señalizaciones de sendero, en este caso es el PR-CR 52, Campo del Quijote, que nos llevaría a Torre de Juan Abad.
Pero lo que aquí os trazo escapa a marcas, es el resultado de un paseo que intenta entrelazar una serie de hitos.



Llegamos al centro, una noria con sus canales...











Y este precioso puente.
Hay algo de inmemorial en él.












Nos va acompañando el arroyo de la Salceda.







Vemos los huertos árabes que vencidos por el oleaje de la pandemia, se ven venidos a menos, transitoriamente, opino, el relevo en algún momento, con algún cruce de proyectos, se producirá.







Avanzamos en dirección al depósito de agua que es visible desde cualquier lugar.



Lo inmemorial con ese matiz de querer ser eterno se adivina bajo los cimientos de Almedina y allá donde se blanquean los muros de defensa que aún señalan los lugares donde las civilizaciones dejaron su impronta.



Para buscar un paso solo hemos de trasponer el límite de los canales, las junqueras nos dicen que por todas partes hay agua.



Y seguiremos viendo huertos donde crecen álamos, almendros, higueras, frutales...



Alcanzamos su altura y desde aquí resulta más fácil seguir los trazos de calzada.
Este camino viene desde el Teatino, antes por Triviño...



Estamos ahora ante una cantera de origen romano, con mucha precaución, por peligro de derrumbes, podemos observar los engranajes que la hicieron fábrica de sillares, pretiles de puentes.



Por mostraros cómo es desde abajo,os dejo esta imagen.



Una vez más, la última, vuelvo la mirada hacia esos huertos árabes que fueron miriada de alimentos.
Escondidos entre la vegetación hay útiles del agua, muros, canales...



Nos vamos hacia la carretera que comunica nuestra Almedina con Cózar.



Torciendo a la izquierda, en busca de las eras, vamos ya visualizando el vértice geodésico de Las Cabricerías, nuestro siguiente hito.



Creo que fuiste tejera, solo hay que rebuscar en libros antiguos y encontrar que aquí compraban las mejores tejas.






Entre cúmulos de arenisca roja, montes ondulados moldeables, es fácil encontrar nuestro sendero que asciende sin apenas dificultad.



Y es este uno de los mejores miradores del Campo de Montiel.
Una lista interminable de caminos que enlazan pueblos y parajes, que se pierden en llanuras cortadas por montes de bellísimos colores.



Que te ofrecen las posibilidades de soñar en ascender por laderas que se quiebran al paso del caminante.









Sigamos la senda.



A 910 m. te alzas, tras de ti sigue brillando Almedina.



Avancemos ahora buscando nuevos límites, con miras hacia Puebla del Príncipe, Barranco Hondo, el trazado perdido de esa vía romana que a veces se solapa con la carretera.



El Camino Viejo a Villamanrique, hoy arreglado, que entre pizorros nos deja ver un Guadalén ahora seco, antes río de grandes avenidas.



Pizorros de nombre tan evocador como el del Comendador.
 


Ahora solo queda encontrar un paso fácil para acceder a las enormes piedras que conforman las Cabricerías.



Desde aquí dejo de nuevo paso a las imágenes, porque el tránsito entre las rocas no necesita palabras, necesita hechos, avanzadilla y parada. Magnífico paraje.















Para descender desde aquí, a la derecha, llegaríamos justo donde el puente duerme.



Prefiero verlo desde distintos ángulos.



Desciendo a través de almendros, una nota evidente de que la agricultura sigue bien su curso.






Volveríamos al inicio de la partida. Promentiéndonos regresar.


Septiembre 2021.

10 comentarios:

  1. Admirable este nuevo capítulo dentro de este blog que se ha ido poco a poco dando voz y vida al Campo de Montiel, y admirable tu capacidad de trabajo, mostrándonos infatigablemente lugares, pueblos y tradiciones del mismo. Almedina es un pueblo que me gusta mucho, pero si bien he visto las Cabricerias y su entorno, no he realizado la ruta que nos propones hoy y que no tardaré mucho en realizarla. Tus descriptivas y bellas fotografías plasman la belleza singular e histórica de este lugar y de sus alrededores y nos invitan a pasear por él, tus palabras hacen el resto y nos cautivan una vez más. Muchas gracias y un abrazo.

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    1. Es la primera de una serie de rutas que planteamos por su término. Siento predilección por este pueblo, no solo por lo bien cuidado del casco urbano, también por la enorme cantidad de rutas que son posibles realizar. Muchas gracias, un abrazo.

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  2. Me parece encomiable tu trabajo de documentación, qué bien nos indicas los caminos a seguir para encontrar tesoros que de otra manera quedarían en el olvido.
    Gracias

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    1. Aquí es solo "trabajo de pateo", lo que más me gusta, inventarme rutas, seguir caminos, buscar hitos. Muchas gracias, un abrazo.

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  3. Bonita entrada Rosa sobre las cabricerias de Almedina y sus alrededores hay que ver de una aguja lo que sacas todo detalle bien explicado cada día alucino más contigo las fotos impresionantes ah y por cierto lo de la entrada del otro día de los pistachos ya me comentó Juan Antonio dónde estaba pero es que como tampoco voy por ahí no sé ni dónde estaba muchas gracias Rosa un abrazo y mi enhorabuena una vez más.

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    1. Gracias Paqui, ya ves, una ruta más para hacer en primavera. Almedina siempre es espectacular, un abrazo.

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  4. Hay relatos que te tocan de una manera distinta, no se conforman con deleitarte con su lectura. Y éste huele a tiempo revuelto, que aventura tierra mojada. ¡Gracias Rosa por abrir caminos!

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    1. Los caminos están abiertos siempre, es la intuición con dosis de aventura la que nos remueve a caminar, muchas gracias, un abrazo.

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  5. Le sueles dar un valor añadido con tu forma de describir un lugar que te gusta, pero en el caso de Almedina y su entorno,está justificado.
    Además de su riqueza histórica, cultural y humana,tiene la paisajística que la hace diferente y especial,el color de sus atardeceres con los colores rojizos de su tierra arcillosa, cuesta mucho describirlos, hay que verlos!!.
    El agua, y el sudor de los hortelanos desde que recuerdo, pintaban de verde los veranos,refrescaban con sus riegos el paisaje cada tarde, y cada mañana, repartían salud y vida por los pueblos adyacentes ,en forma de verduras, frutas y legumbres. Impagable!!!
    Si,Almedina y su entorno, es un mundo por descubrir.

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    1. ¡No se puede describir mejor!. Muchísimas gracias, un abrazo.

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