Si nos remontamos en el tiempo los cementerios se situaban dentro del casco urbano, en las iglesias se enterraba a los muertos, pudiendo elegir lugar dependiendo de la clase social, cerca del altar, en capillas, si era de elevada posición, en el patio si se era pobre. A los niños, por ejemplo, se les sepultaba a la entrada.
En Guipuzcoa, en 1781, la llamada peste de Pasajes acabó con el 10% de la población de esa localidad.
Ese fue el detonante para que en 1787 la Real Cédula de Carlos III estableciera prohibir que se siguieran enterrando en las iglesias y dispuso que se construyeran : "los cementerios fuera de las poblaciones siempre que no hubiere dificultad invencible o grandes anchuras dentro de ellas, en sitios ventilados e inmediatos a las parroquias y distantes de las casas de los vecinos y se aprovechara para capillas de los mismos cementerios las ermitas que existan fuera de los pueblos"
Ya contamos pues con la aclaración pertinente, una ermita extramuros y un cementerio a ella unido.
Hoy vemos que el pueblo de Montiel lógicamente ha crecido, podemos observar como las calles más antiguas se disponen alrededor de la parroquia de San Sebastián. Calles que como en la mayoría de nuestros pueblos llevan el nombre de Real, de Mayor...
Pero sigamos un momento más hablando de los Campos Santos. Esta ley de Carlos III no entró en vigor inmediatamente, de hecho tenía que hacerse gradualmente y establecer un consenso de los ayuntamientos con la iglesia. Pensemos que los cementerios pasarían de ser eclesiásticos a civiles, con la consiguiente pugna entre las partes. La iglesia perdería grandes beneficios, los ayuntamientos tenían que sufragar la parte que les correspondía, no siempre podían. Además algunos feligreses también se oponían.
Hasta bien entrado el siglo XIX no se consiguió el sueño de
Carlos III.
Hoy en día aún se siguen enterrando en algunos templos algunas familias que mantienen el antiguo privilegio con la iglesia.
En esta imagen podemos apreciar el cementerio, la ermita y el castillo de la Estrella.
"...afuera una ermita dedicada al Smo. Cristo de la Espiración, sumamente venerada; más lejos la de Ntra. Sra. de los Mártires, patrona del pueblo, y al N. del castillo el cementerio..."
Madoz.
"...dijeron que en esta villa hay una ermita de señor Santiago que está junto a esta villa la cual es de mucha devoción, y en una capilla de la dicha ermita está un Crucifijo de un hombre de gran altura; el cual dicho Crucifijo están informados por cosa cierta que en el año de mil quinientos y veinte se apareció en la dicha capilla donde ahora está en Cruz en un altar con mucha veneración día del Nacimiento de Nuestro Señor Jesuscristo del dicho año de veinte. El cual hizo muchos milagros cuando se apareció y ha hecho después acá, y que la dicha ermita, el edificio y traza de ella es antiguo, de bóveda de argamasa y ladrillo, y según la traza de ella parece haber sido antiguamente muy mayor. Y que ansimismo, hay otras ermitas junto al cerro San Polo, de Nuestra Señora de los Mártires que está media legua poco más o menos de esta villa, y que ansimismo hay otra ermita de Nuestra Señora de los Monesterios que está dos leguas de esta villa..."
Relaciones Topográficas de Felipe II.
Se entiende el porqué de la ubicación del cementerio.
Y ahora entremos a él. Con el recogimiento de un lugar donde reina el silencio.
Si me pregunto el porqué este cementerio es distinto a otros, solo hay que admirar las vistas.
"La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene"
Jorge Luis Borges.
"La muerte llama, uno a uno, a todos los hombres y a las mujeres todas, sin olvidarse de uno solo- ¡Dios, qué fatal memoria!- y los que por ahora vamos librando, saltando de bache en bache como mariposas o gacelas, jamás llegamos a creer que fuera con nosotros, algún día, su cruel designio"
Camilo J. Cela.
"La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos"
Antonio Machado.
El castillo de la Estrella se impone desde lo alto, y abajo, muy cerca, el cementerio exhibe su paz en la tranquilidad de los días. Bonitas vistas, que nos hacen comprender que estamos aquí de paso, y que debemos disfrutarlas, disfrutar de todo lo bello, y del recuerdo de aquellos que ya no están, que partieron, una vez realizado el viaje. Una entrada bella y unas fotografías espléndidas que reflejan la serenidad del lugar. Una vez más, enhorabuena por la entrada, que me ha encantado. Un abrazo!!
ResponderEliminarGracias Juan por tu comentario. Quería ver la ermita por dentro, estaba cerrada, y entré en el cementerio, tan limpio y tan ordenado, un lugar cuidado y hermoso donde poder seguir cuidando el cariño y alimentando los recuerdos que nunca se marchan, un abrazo.
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